Origen y beneficios
El plátano debe el nombre a la forma que tiene, pues significa “dedo” en bantú. Los exploradores portugueses lo introdujeron en Europa, donde lo adaptamos rápidamente y lo consumimos desde el siglo XIX. Esta fruta es particularmente energética (90 kcal por cada 100 g) porque es muy rica en glúcidos. Es perfecta para deportistas o para recuperarse tras un esfuerzo. Su alto contenido en potasio es beneficioso para evitar los calambres y ayudar a gestionar el estrés. Se trata de una fruta especialmente indicada para las futuras mamás, jóvenes y, sobre todo, en casos de diarrea.
Variedades y conservación
No a todos los plátanos que se consumen en España se les da el mismo uso:
• El plátano es la fruta que se suele comer como postre o a media mañana o en la merienda. Puede ser de Canarias o amarillo común, tú eliges dependiendo de las características de cocción de cada uno de ellos.
• El plátano macho se utiliza, sobre todo, en platos latinoamericanos o africanos. Es de gran tamaño (entre 30-40 cm de largo), con poco azúcar y se presenta como verdura de acompañamiento, hervido, al horno o frito.
• La flor de platanero se consume en el sureste de Asia y en la isla de la Réunion, especialmente en ensalada.
• Una vez cortado, ennegrece con rapidez. Para evitarlo, añádele un chorro de limón para que conserve su hermoso color marfil.
Cuando compres plátanos verdes, si quieres que reblandezcan rápidamente guárdalos en una bolsa de plástico con una manzana. El gas que ésta desprende hace que los plátanos maduren antes. Sucede lo mismo con los aguacates si los metes en una bolsa de plástico con un plátano maduro: se reblandecerán más rápidamente que si los dejas al aire libre. En cualquier caso, no los metas en la nevera, los plátanos no aguantan bien el frío y se vuelven harinosos.
¿Qué cocinar?
El sabor dulce y azucarado del plátano combina muy bien con las especias (jengibre, nuez moscada, curry), la fruta (manzana, frambuesa, ruibarbo, nuez de coco) y, claro está, ¡el chocolate! A continuación te presentamos recetas algo exóticas y otras más tradicionales para hacer con plátanos maduros:
• Si te gusta la cocina asiática prueba con los buñuelos de plátano, naturales o flambeados, o sazona con jengibre fresco unos pocos trozos de plátano rociados con zumo de limón verde.
• De influencias anglosajonas: banana bread, añade dos plátanos cortados a la receta habitual de pudding. Sustituye la mitad de las manzanas del crumble por plátanos y añade una gota de ron a la compota.
• Un toque diferente para los clásicos: el pastel de plátano (o de plátano con chocolate para los más golosos), el helado de plátano, etc.
• No hay un banana splits sin plátano: obligatorios son el plátano, la nata y el sirope de chocolate, el resto de elementos varía según el país. En Francia ponen helado de vainilla, chocolate y fresa (como en España); en Bélgica, en cambio, las bolas son las tres de vainilla.
• Recetas saladas: introduce el plátano en tus platos. A dados en una ensalada con aguacate y gambas, en lugar de las endivias, enrollados en jamón y con un poco de bechamel, gratinados al horno o a dados con el pollo con curry para espesar la salsa. Chafado con aguacate da un sabor especial al guacamole. En cuanto al plátano macho, prepáralo como la patata: hervido, en puré o frito y cortado a rodajas. Sírvelo con carnes al horno.
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