Hay momentos en la vida en los que nos apetece hacer un cambio de look, ya sea porque estamos pasando por un proceso de transición, porque queremos romper con algo del pasado o simplemente porque nos apetece vernos con aires renovados. Y una de estas grandes transformaciones puede venir a través de un cambio de color de pelo. Sin embargo, es importante tener en cuenta qué tipo de cambios encajan bien con nuestra forma de rostro e incluso con nuestro estilo de vida, si requieren de mucho mantenimiento. Por eso, hoy te traemos 3 criterios de experta que te ayudarán a evitar errores y triunfar. ¡Toma nota!
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1. Escoge el color tomando como referencia tu tono de piel
El tono de tu piel es lo primero que debes tener en cuenta, ya que un mal contraste puede apagar tu rostro o endurecer tus rasgos. Los tonos fríos, como el rubio ceniza o platino, tienden a favorecer a las pieles claras, resaltando su luminosidad. Por otro lado, las pieles más cálidas se ven mejor con colores como el caramelo, el castaño miel o el rubio dorado.
2. El color de tus ojos también es importante
El color de ojos también es importante a la hora de decidir qué tonalidades funcionan mejor a tu rostro. Los tonos cálidos, como los dorados o cobrizos, suelen combinar a la perfección con ojos oscuros, aportando profundidad y brillo. Si tienes ojos claros, los tonos fríos, como marrones helados o rubios ceniza, serán perfectos para destacar tu mirada.
3. Evalúa el mantenimiento que implica el color que te vas a poner
El último, pero no menos importante, es el factor de mantenimiento. Según Gianni Coppa, estilista del salón R’Factory, el mantenimiento debería ser la prioridad número uno a la hora de elegir un color. Algunas coloraciones, como los rubios aclarados o las técnicas que implican decoloración, requieren visitas regulares al salón y una inversión considerable a largo plazo.