¿Empieza el invierno y tienes miedo al inicio de la temporada de gripe, sabiendo que probablemente
tendrás que dejar tu vida social y el trabajo mientras te acuestas en la cama? Afortunadamente, existen algunos remedios que te pueden ayudar a evitar esta tediosa situación, te contamos un poco más.
1. Bebidas calientes: té
En muchas culturas acudir a bebidas calientes, ya sean sopas, tés o zumos, resulta ser un remedio eficaz para aliviar los síntomas del resfriado. Su efecto relajante, muchas veces alivia la congestión cuando aumenta el flujo de mucosidad.
Pero, ¿sabías que esto no es sólo una cura, sino un método preventivo? Algunas variedades como el té verde poseen altas cantidades de vitamina C, muy indicada para la gripe porque que ayuda a combatir la enfermedad. Es decir, si no tomamos té sólo cuando estamos malos, sino a diario, podemos reducir potencialmente las posibilidades de coger un catarro.
2. Dieta sana y equilibrada
Si queremos ayudar a nuestro sistema inmunológico, es importante aportar a nuestro cuerpo alimentos ricos en vitaminas A, B y C, así como proteínas. Manteniendo una dieta equilibrada que incluya elementos con propiedades bactericidas, antioxidantes y antivirales, ayudamos a prevenir la aparición del resfriado.
3. Manos limpias: la higiene es esencial
Lavarse las manos nada más llegar a casa es un hábito saludable que debe cuidarse durante todo el año, pero al que debemos prestar especial atención en invierno.
Vivimos rodeados de gérmenes, bacterias, hongos,... y eso no es para nada malo. Sin embargo, tenemos que ser conscientes de que muchos de estos organismos usan todos los medios posibles, incluidos los humanos, para propagarse. Uno de los focos de infección más comun son las manos, por lo que lavárselas bien una vez llegamos a casa, nos ayuda a librarnos de muchos de los gérmenes que podemos transportar.
4. Un descanso reparador
Según un estudio de la universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, es igual de importante cuidar la higiene del sueño.
Dormir bien está asociado a una buena salud mientras, por el contrario, dormir poco (6 horas o menos) cuadruplica el riesgo de que contraigamos un resfriado.
5. Hidratación diaria
Como sucede con la alimentación, la hidratación también es una de las claves para la preveción. El caldo, los zumos, el agua, el té y la leche ayudan a aliviar la congestión y previenen la deshidratación, permitiendo que el cuerpo funcione correctamente.
Es importate evitar bebidas como los refrescos, alcohol o bebidas con cafeína, que empeoran la deshidratación.
6. Deja que entre el aire
Ventilar las habitaciones de la casa es uno de los hábitos saludables que debemos aplicar incluso en invierno. Sí, lo sabemos, a nadie le gusta estar a 10 grados y tener que abrir las ventanas para que una corriente de aire se lleve el preciado calor que tanto nos ha costado conseguir.
Sin embargo, es muy necesario. Ventilar la casa permite que entre aire limpio, quitando las partículas en suspensión, regulando la humedad y dejando que los rayos ultravioleta del sol actúen contra algunos microorganismos.
7. Nada de pasarse con la calefacción
¿A quién no le gusta llegar del frío de la calle y entrar a un sitio con calefacción? Todo es de color de rosa hasta que nos descongelamos y de golpe tenemos suficiente calor para pasar del plumas a una camiseta de tirantes.
La temperatura ideal siempre es un tema que causa controversia. Algunos la quieren como si estuvieran en el trópico y otros como si no fuera invierno, pero lo cierto es que lo ideal está entre los 21º y 23ºC, nunca por encima de esto. Cuando la calefacción está demasiado alta, el ambiente tiende a resecarse en exceso y con él las fosas nasales, lo que propicia el desarrollo de los microorganismos y las enfermedades.
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