Lo sabemos, el modo en que comemos repercute en nuestra salud. Para favorecer el bienestar, la alimentación debe respetar a diario la repartición aconsejada en macronutrientes (proteínas, lípidos, glúcidos), pero también satisfacer las necesidades en cuanto a micronutrientes (vitaminas, minerales, etc.). En esto consiste la micronutrición.
Macronutrientes y micronutrientes, ¿dónde está la diferencia?
Entre los nutrientes que nos aporta la alimentación distinguimos:
-Los macronutrientes, que aportan energía al cuerpo y son de tres tipos: las proteínas (1 g = 4 Kcal), los glúcidos (1 g = 4 Kcal) y los lípidos (1 g = 9 Kcal). Son los principales componentes de los alimentos así que los consumimos cada día, pero lo realmente importante es el modo de repartirlos, es decir, las proteínas deben representar entre el 10-15 % de aportación energética total, los glúcidos, entre el 50-55 % y los lípidos entre el 30-35 %.
-Los micronutrientes, que a pesar de no aportar energía al cuerpo son igualmente indispensables. Hablamos de las vitaminas (C, B, A, etc.), los minerales y los oligoelementos (calcio, hierro, potasio, yodo, etc.), los ácidos grasos, los aminoácidos, etc. Los micronutrientes garantizan el equilibro y deben consumirse en cantidades definidas y variables (las llamadas «aportaciones recomendadas») dependiendo del individuo (hombres, mujeres, niños, mayores, embarazadas, etc.).
¿La macronutrición es una nueva rama de la nutrición?
A pesar de que hace décadas los macronutrientes eran los únicos nutrientes que se tenían en cuenta, los nutricionistas, médicos y especialistas se han dado cuenta de la gran importancia de los micronutrientes. De esta constatación ha nacido una nueva rama, la micronutrición, que consiste en satisfacer las necesidades del organismo en cuanto a micronutrientes, mediante una alimentación personalizada asociada, en caso de que sea necesario, a unos suplementos (complementos alimentarios).
Los diferentes micronutrientes
Existen diferentes familias de micronutrientes:
-Las vitaminas. Son 13 vitaminas, además de la provitamina A. En pequeñas cantidades son indispensables para el funcionamiento y el desarrollo del organismo. Las encontramos en todos los alimentos y son realmente necesarias en los recién nacidos, los deportistas, las mujeres embarazadas, enfermos crónicos, fumadores, personas con estrés, mayores, etc.
-Los minerales y oligoelementos. Son elementos químicos presentes en el organismo. Sin embargo, y a pesar de que las cantidades de estos micronutrientes son ínfimas, son indispensables pues participan en la composición de los músculos, los órganos, los dientes y los fluidos corporales, así como en las reacciones químicas. Hablamos del calcio, el potasio, el magnesio, el selenio, el hierro, el cobre, el zinc, etc.
-Los ácidos grasos. Son los principales componentes de los lípidos. Los encontramos en los productos lácteos, la carne, el pescado, los huevos, el aceite, la mantequilla y la margarina. Pueden ser saturados o no saturados (principalmente el Omega 3 y el 6). Los ácidos grasos saturados deben limitarse pues afectan al sistema cardiovascular, lo que no sucede con los ácidos grasos no saturados, que sólo tienen efectos beneficiosos.
-Los aminoácidos. Son las proteínas presentes en todo nuestro cuerpo: músculos, tejidos, encimas, hormonas, sangre, etc. Existen 24, de los cuales 8 son los llamados «esenciales» porque no son los fabricados por el organismo. Los encontramos en los productos animales, las leguminosas y los cereales y son la triptofana, la cistina, la lisina, la taurina, etc.
El campo de acción de la micronutrición
Hoy en día nuestra alimentación es cada vez más pobre en micronutrientes debido sobre todo a los métodos de cultivo (como el uso de pesticidas, insecticidas, etc.), la extracción de los alimentos (refinado), de cocción (microondas, fritos, etc.) y de conservación. De ahí que no sea raro tener carencias en cuanto a micronutrientes si formamos parte de la población de riesgo (deportistas, fumadores, personas estresadas, niños, mayores, embarazadas, etc.).
Dichas carencias desembocan a menudo en problemas funcionales: crónicos, problemas digestivos, estrés, sobre peso... es decir, que el organismo se ralentiza.
La micronutrición, gracias al reequilibro alimentario y/ a una complementación, permite conservar el bienestar o encontrarlo. Para evitar una sobredosis o un error de prescripción en cuanto a micronutrientes, mejor que consultes con un médico especialista.
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