Las ventajas
Aparte del aspecto estético, que es evidente (estás guapa y bronceada tanto en invierno como en verano), ¿cuáles son las ventajas del bronceado en cabina? ¿Por qué darle prioridad frente a otras formas de bronceado artificial (cápsulas, autobronceadores, etc...)?
En primer lugar, el bronceado en cabina es rápido y cómodo, te evita pasarte horas en la playa para conseguir el color que te hace falta. Tu bronceado será uniforme y sobre toda la superficie de tu cuerpo: ¡se acabaron las marcas del bañador y las rojeces!
Su uso está ampliamente desarrollado, las sesiones son cada vez más baratas, hoy existen más de 12.000 aparatos en Francia. Coexisten numerosas fórmulas pero en general cuestan entre 8 y 15 euros la sesión de 10 a 20 minutos, que tendrás que darte tres veces como mínimo para conseguir un color perfecto. Si no, incluso es posible comprarte tu propia cabina: ¡no tendrás necesidad de desplazarte!
Desde un punto de vista médico: la mayoría de los aportes necesarios e indispensables en vitamina D viene proporcionada por la exposición a los rayos ultravioletas. Así, el bronceado en cabina se puede utilizar para tratar trastornos tales como la psoriasis o los cánceres en vitamina D.
Los peligros
-Los UV artificiales se suman a los naturales del sol y refuerzan el riesgo de sufrir cáncer de piel (melanomas) y el envejecimiento prematuro. La piel es agredida por rayos intensos, mucho más potentes que la radiación solar natural, y liberados en un tiempo corto. Ciertos aparatos pueden emitir rayos cinco veces más violentos que los que emite el sol de Australia en su zénit en pleno verano. Según la conclusión de una investigación llevada a cabo por el CIRC (Centro Internacional de Investigación de Cáncer), el riesgo de melanoma maligno, el más agresivo de los cánceres, se ve incrementado en un 75% en las personas que han utilizado las cabinas de bronceado antes de los 30 años.
-El bronceado de cabina presenta peligros oftalmológicos y lesiones oculares, tales como queratitis y cataratas.
-Contrariamente a la creencia popular, las sesiones de bronceado no preparan la piel para el sol, sino que da esta impresión y, por consiguiente, numerosos clientes inconscientes se exponen y sufren quemaduras serias. En efecto, los rayos emitidos por los aparatos son principalmente UVA. Lo que ocurre es que los rayos provocan un espesamiento temporal de la piel como reacción cutánea de autodefensa.
-Los rayos artificiales pueden provocar reacciones foto-alérgicas, caracterizándose por un eritema (rojez congestiva de la piel), vesículas (hinchazones de la piel que contienen líquido) y picores.
-Además, una exposición persistente a los rayos contribuye a bajar las defensas inmunitarias del cuerpo por lo que, paralelamente, aumenta la probabilidad de enfermedades infecciosas.
Algunos consejos
-No te expongas: si eres de fototipo I o II, si tienes menos de 18 años (porque tu piel todavía es muy sensible), si vas a tomar el sol o si ya has sufrido quemaduras y, en definitiva, si tienes un gran número de lunares y problemas de piel.
-Lleva obligatoriamente gafas protectoras especialmente concebidas para el bronceado en cabina.
-No utilices productos aceleradores de bronceado o sufrirás quemaduras severas.
-Verifica que la cabina en la que te vas a introducir está bien limpia y respeta las medidas de higiene básicas.
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-En fin, en razón de todos los riesgos aquí expuestos, el bronceado en cabina hay que utilizarlo con mucha moderación, incluso quizá sea mejor que no se use nada... ¿qué precio estás dispuesta a pagar por estar morena?