La mononucleosis es una infección algo incómoda por su origen. Se contagia por contacto directo, fundamentalmente mediante la saliva, es decir, besando a otra persona que tenga el virus de Epstein-Barr. Es más raro, pero también hay posibilidad de contagio a través de relaciones sexuales o por compartir cubiertos.
La enfermedad del beso es muy frecuente durante la adolescencia, aunque tiene también una alta incidencia entre la población infantil menor de cinco años. Todo ello hace que el 95% de los adultos haya estado expuesto en su vida al virus de Epstein-Barr. Lo bueno es que, una vez que se pasa la mononucleosis, el organismo queda inmunizado de por vida, y ya no se volverá a contagiar nunca más.
Pero, ¿sabrías reconocer una mononucleosis? Aquí tienes los síntomas de la enfermedad del beso.
Por el momento, no hay vacuna para la mononucleosis. Una persona con el virus puede propagarla a todos sus compañeros íntimos mientras padece la enfermedad y varios meses después. Igualmente, los síntomas de la enfermedad del beso, especialmente la fatiga, se extienden durante varias semanas y, en algunos afectados, incluso más.
La mononucleosis es, en general, una enfermedad benigna que se resuelve con reposo y con algunas medidas para aminorar síntomas como la fiebre, pero en casos poco frecuentes conlleva algunas complicaciones. Por ejemplo, ¿sabes por qué se dice que la enfermedad del beso puede implicar la rotura del bazo?
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