Aunque para muchas personas estar de buen humor sea algo innato, tenemos que aceptar que no todas somos capaces de mantener esa positividad a lo largo del día. Evidentemente la personalidad o el carácter de la persona es lo que más influye a la hora de enfrentar las situaciones pero, ¿sabías que lo que comes también afecta?
Sí, así es, algunos alimentos, por su composición, afectan a nuestros estados emocionales. Muchos de ellos son alimentos y bebidas que consumimos en nuestro día a día, que incluso pueden llegar a ser de nuestros favoritos. Sin embargo, la felicidad que estos nos proporcionan es más que pasajera.
Los alimentos azucarados y altos en grasas saturadas producen picos de azúcar que nos hacen sentir esa sencación de euforia y felicidad. No obstante, en cuando los niveles vuelven a la normalidad, pasamos de la alegría al mal humor de golpe.
Bebidas light
A pesar de la creencia generalizada de que no tienen azúcar y su contenido calórico es nulo, este tipo de bebidas contienen edulcorantes artificiales como el aspartamo, un contenido nocivo para la salud. Además, al tener sustitutos del azúcar, provocan la misma montaña rusa de emociones.
Bollería
Aunque a la mayoría nos gustan los bollos, sobre todo para desayunar o merendar, lo cierto es que estos productos saturados en aceites, mantequilla y azúcares refinados provocan un bajón emocional. El placer momentáneo por algo dulce puede ser sustituido por la fruta.
Chucherías
No solo hablamos de los colorantes, sino de las ingentes cantidades de azúcar cuyo consumo a temprana edad afecta, según un estudio de la Universidad de Yale, a los niños con TDAH. Si tu hijo o hija tiene hiperactividad, un atracón de azúcar solo aumenta la adrenalina.
Margarina
A pesar de tener menos contenido de grasa que la mantequella, de origen animal, igualmente contiene grasa procesada de origen vegetal que causa, entre otros problemas, cambios de ánimo. Además, su consumo excesivo puede derivar en enfermedades como el sobrepeso.
Alimentos en conserva
Aunque los alimento preparados o en conserva siempre son un salvavidas para esos días en los que no nos apetece meternos en la cocina, lo cierto es que estos productos son nocivos para la salud si nos excedemos en su consumo.
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