A la hora de elegir el coche para el gran día, puedes empezar por preguntar a los más allegados si alguno de ellos os podría prestar el coche de vuestros sueños para ese día tan especial. Sino, es importante elegir el medio de transporte en función del estilo de la boda:
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-Boda en el campo: elije un coche simple, descapotable o fuera de lo común (2CV).
-Boda chic: elije un coche de coleccionista (Jaguar, Ferrari, Rolls Royce) o una lujosa berlina (BMW, Mercedes, Audi).
-Boda en un castillo: ¿por qué no te atreves a llegar en una hermosa calesa como en tiempos de Luis XIV?
-Boda original: hay muchos otros medios aparte del coche para llegar a la ceremonia: a caballo, en vespa o incluso en globo.
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-Las flores: los floristas proponen «ramos ventosa» que se pegan en el capó del coche. Si el vehículo es descapotable puedes pasar una guirnalda de flores alrededor de los novios o por el maletero o la luna trasera.
-El tul: hay quienes adornan completamente el coche mientras que otros se contentan con poner un trozo de tul en los retrovisores (cuidado con camuflarlos), los tiradores de las puertas o los limpiaparabrisas. Eso también depende del tipo de boda. No olvides poner algo de tul en los coches de los invitados y la familia para que el séquito de vehículos sea reconocible.
-También puedes optar por escribir con rotulador blanco en los cristales y firmar con el tradicional «Just Married». Aun así, no cargues demasiado el coche con la decoración, el objetivo es ver llegar a los novios.
>¿Quién conduce?
La tradición marca que sea el padre de la novia el conductor del coche. Pero se lo puedes pedir también a algún amigo, miembro de la familia o testigo. Es un papel importante pues se trata de la persona que tendrá el privilegio de ir a buscarte para llevarte al lugar de la boda.
>Atención a la sincronización
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Es aconsejable preparar el recorrido entre el domicilio de la novia, el ayuntamiento o la iglesia. No dudes en practicar antes del gran día para evitar cualquier imprevisto de última hora. La sincronización es muy importante pues la tradición marca que la novia debe llegar la última, después de que todos los invitados se hayan instalado en el ayuntamiento o la iglesia. Por lo general, el coche se detiene justo delante del lugar de la ceremonia para que la novia descienda y emprenda su marcha hacia el altar, bajo la mirada de admiración de los invitados y, por supuesto, del novio.
