Tras el parto se produce la subida de la leche materna, un alimento que cubre todas las necesidades nutritivas del recién nacido. El bebé ha de tomarla a demanda, es decir: cada vez que lo pida, puesto que su ingesta le ayuda en el proceso de crecimiento. No debemos preocuparnos por si toma "demasiada" leche, ya que esta se regula al volumen adecuado, sin sobrecarga para su aparato digestivo ni para otros sistemas.
Entre las funciones de la leche materna, se encuentra la de suplir y estimular el desarrollo del sistema inmune, que no funciona de forma completa durante sus primeros meses de vida. La leche lleva consigo anticuerpos que tienen un efecto positivo sobre la salud del niño.
Componentes de la leche materna
La leche materna está formada principalmente por ácidos grasos, colesterol, antioxidantes, agua, proteínas, carbohidratos y minerales. La cantidad de cada nutriente dependerá de la leche de cada madre, pero cada tipo se adapta perfectamente a las necesidades del bebé. Entre sus componentes encontramos algunos que se encargan de manera más concreta de estimular el desarrollo del sistema inmunitario. Como es el caso de las inmunoglobulinas (de tipo IgA, IgG, IgM, IgD e IgE). Se trata de anticuerpos que se encuentran principalmente en las proteínas de suero de la leche materna. El sistema inmunitario las emplea para identificar y combatir elementos como bacterias o virus.
Por tanto, gracias a estos anticuerpos, la leche materna otorga al bebé protección inmune a la vez que contribuye a la maduración del propio sistema. Esto puede influir de manera positiva a largo plazo, pues los estudios han observado que los bebés lactantes desarrollan una menor incidencia a contraer enfermedades metabólicas.
Fórmulas infantiles
La OMS y la Asociación Española de Pediatría recomiendan prolongar la lactancia materna más allá de los seis primeros meses de vida, sin embargo, cada caso es diferente y puede que o no quieras o no puedas continuar dando el pecho a tu bebé. Si es así no debes preocuparte, ya que existen fórmulas de leches infantiles que siguen contribuyendo al desarrollo del sistema inmunitario del bebé.
Estas fórmulas de continuación contienen hierro y zinc que ayudan a la función normal del sistema inmunitario. Además de estos dos nutrientes, las infantiles de continuación también contienen otros componentes: aceites vegetales, suero de leche, lactosa, sales minerales, vitaminas... Todo ello las convierte en una alternativa ideal para la alimentación de los bebés mayores de seis meses.
NOTA IMPORTANTE: La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y debería continuarse durante el mayor tiempo posible. Dado que los bebés crecen a ritmos diferentes, los profesionales de la salud deben aconsejar a los padres el momento apropiado para la introducción de los nuevos alimentos.
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