El impétigo es la infección de la piel más común en los niños. La máxima incidencia se produce en edades de entre 2 y 6 años. Se presenta como manchas rojizas en las que se forman ampollas pequeñas y, más tarde, costras de color miel.
Las partes del cuerpo más afectadas por esta infección suelen ser el rostro, especialmente alrededor de la nariz y la boca, los antebrazos y las manos. No obstante, también puede darse en el pecho, la espalda, el cuello, la zona genital y las axilas.
Tipos de impétigo
Existen dos formas clásicas de impétigo:
- Impétigo no ampolloso. Es el tipo más frecuente, supone el 70% de los casos. Suele iniciarse con pequeñas pápulas que se revientan y dejan machas rojas húmedas que se secan y forman costras amarillentas.
- Impétigo ampolloso. Mucho menos común, es causado por la bacteria S.aereus. En este caso aparecen ampollas superficiales de líquido transparente que acaba siendo turbio. Se rompen con facilidad y dejan una superficie erosiva enrojecida. Las lesiones suelen aparecer en grupos de 3 a 6 y las zonas más frecuentes son las zonas expuestas de la cara y las extremidades.
Causas del impétigo
El impétigo es una infección causada por bacterias. Es altamente contagiosa y normalmente se transmite por contacto directo piel con piel. En el caso de los niños, a menudo se produce en la guardería o la escuela.
En el caso del impétigo ampolloso, la bacteria causante es la Staphylococcus aureus. El impétigo no ampolloso, por su parte, suele estar provocado por bacterias del género estreptococos, conocidas como estreptococos del grupo A.
Los niños con un sistema inmunológico debilitado se contagian con mayor facilidad. Además, la piel irritada que se produce por sonarse los mocos o por enfermedades crónicas de la piel como dermatitis atópica, aumenta la posibilidad de la entrada de bacterias. Asimismo, el calor y la humedad favorecen la proliferación de esta infección, por lo que es bastante más frecuente en primavera y verano.
Síntomas del impétigo
Inicialmente, la zona de la piel afectada por el impétigo se vuelve más rojiza y se produce picor. Poco a poco brotan vesículas o ampollas de pared fina que suelen romperse con facilidad. Más tarde se secan y se producen costras que se asemejan al azúcar moreno.
Tratamiento del impétigo
Una vez que el médico diagnostica el impétigo, elegirá un tratamiento en función del tipo de infección. Es muy habitual que se trate con una pomada antibiótica. No obstante, si la infección se ha extendido a varias zonas del cuerpo y este tratamiento no hace efecto, es posible que el médico recete un antibiótico en píldora o líquido que se deberá tomar durante el tiempo indicado (aproximadamente entre 7 y 10 días).
Además de esto, para la curación también es importante una correcta higiene general y que el afectado tenga las uñas cortas para evitar que se provoque rasguños que extiendan la infección a otras áreas de la piel. Las zonas afectadas se pueden lavar suavemente con una gasa limpia y jabón antiséptico.
Lo más normal es que una lesión de impétigo sane sin dejar ningún tipo de secuelas o cicatrices. Si se sigue el tratamiento adecuadamente en muy raras ocasiones deriva a un problema cutáneo más grave.
Prevención del impétigo
El impétigo puede prevenirse fácilmente si se siguen las siguientes recomendaciones:
- Mantener la piel limpia.
- Lavarse las manos con frecuencia.
- Procurar que las zonas irritadas de la piel (picaduras, cortes, rasguños, heridas...) estén limpias.
- Llevar las uñas cortas.
Si ya hay un miembro de la familia que sufra impétigo, es importante seguir estas precauciones para que no se contagie la infección:
- No compartir las toallas ni sábanas.
- Limpiar con frecuencia los objetos que utilice el niño afectado.
- Lavar por separado la ropa de la persona que tiene impétigo.
- Procurar que no haya contacto piel con piel.
- No ir a la guardería o la escuela hasta que se cure la infección.
LETTER
Y además:
¿Qué es la psoriasis? Causas, síntomas y tratamiento
Herpes labial: 5 trucos para disimular y tratar una calentura
¿Cuáles son los principales problemas cutáneos y cómo podemos solucionarlos?