El protagonista de esta historia se llama Waylon Cole Hallet. Un bebé norteamericano que nació en mayo y sorprendió a todos por sus dimensiones. "Al principio pensábamos que la báscula estaba rota. Lo tuvimos que pesar tres veces porque no nos lo creíamos", ha explicado su padre a US Weekly. A pesar de que los médicos ya habían avisado a los padres de que el bebé era más grande de lo habitual, pues a las 37 semanas ya superaba los 4 kilos, no se esperaban que creciera tanto en la última etapa del embarazo. Al nacer, en el hospital Schneck en Indiana, pesó 7,2 kilos y midió 62 centímetros. Unas medidas con las que ha doblado el peso medio en Estados Unidos al nacer, que es de 3,5 kilos.
El parto fue por cesárea y aunque los médicos preveían un peso por encima de la media, se quedaron impactados al comprobar su tamaño final. De hecho, se convirtió en el bebé más alto nacido en el hospital. Su madre, Whitney, padeció diabetes gestacional, una afección que puede estar relacionada con el gran tamaño de Waylon.
El bebé tuvo que permanecer durante 7 semanas en la unidad de cuidados intensivos por problemas respiratorios y de alimentación. Afortunadamente, ya está en casa con sus padres y sus tres hermanas mayores. "Duerme mucho más que lo que dormían sus hermanas, pero está sano. Cuando está despierto, está alerta y sonríe. Es un niño feliz", ha añadido su madre.
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