Las actividades extraescolares son una gran alternativa para fomentar el aprendizaje de los niños. En general, suelen ser actividades que se realizan en grupo, por lo que no solo les servirá para adquirir una nueva destreza, también para socializar con otros niños y aprender a trabajar en equipo. Si embargo, antes de apuntar a los niños a varias actividades, debemos tener en cuenta una serie de consideraciones, comenzando por una de las más importantes: no saturarles. Normalmente se recomienda que, como mucho, los niños asistan a dos actividades extraescolares por semana, no más. ¿Qué otros factores deberíamos de tener en cuenta?
Elige algo que le guste a él, no a ti
A veces creemos saber mejor que nadie qué es lo que más le conviene a nuestros hijos, pero se nos olvida preguntarles a ellos y pedirles su opinión. Antes de precipitarte habla con él y apúntale a una actividad que realmente le guste y le motive, pues es lo que necesitan después de haber pasado un día entero en el colegio. Ya que va a dedicarle varias horas a la semana, debe ser algo que le ilusione y que se adecue a su personalidad.
Frecuencia y duración de las actividades extraescolares
¿Cuántas actividades extraescolares debe realizar mi hijo? ¿Cuántos días lo apunto? Encontrar el equilibrio perfecto no es fácil, pero hay algunas pautas que puedes seguir. Dos actividades extraescolares es lo adecuado y nunca deben ser más de tres. Deja que tenga como mínimo una tarde libre a la semana, ¡también necesita jugar por su cuenta!
Recuerda también que los niños no deben sentirse presionados y tiened que acudir siempre a las clases motivados y con ganas. ¡Lo más importante es que se divierta! Una buena forma de planteárselo es la siguiente: el tiempo para las actividades extraescolares debe salir del rato que pase en el sofá viendo la tele, nunca de los deberes o de los planes en familia.
Las actividades extraescolares contribuyen a la formación de tu hijo
El aprendizaje por esta vía es especialmente eficiente, ya que ocurre durante su tiempo libre, de manera voluntaria y, lo mejor de todo... ¡mientras se divierte! La cantidad de beneficios tanto físicos como mentales que tienen estas actividades son varios.
En primer lugar, casi todas las actividades extraescolares conllevan un importante beneficio físico, ya que mejoran su estado de forma, liberan la energía acumulada, ponen a prueba sus reflejos, aumentan su flexibilidad... En definitiva, si tu hijo está apuntado a un deporte, ten por seguro que su cuerpo se lo agradecerá: hacer ejercicio ayudará a que se desarrolle fuerte y sano.
Estas actividades también influyen mucho en la formación psicológica y emocional de tu hijo: ganará confianza en sí mismo, aprenderá a tener disciplina y horarios, mejorará su concentración, verá la importancia de ponerse en el lugar del otro...
Aunque deportes como el fútbol o el baloncesto, o actividades como la música o la pintura siguen siendo algunas de las más demandadas, en los últimos años han ido surgiendo otras de gran interés. Es el caso de la programación para niños o la robótica, dos extraescolares que se adaptan a los nuevos tiempos.
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