Reconozcámoslo: ¿quién no ha utilizado alguna vez la tele o la tablet como "niñera digital"? Es un recurso fácil y que engancha enseguida la atención de niños de cualquier edad, desde bebés hasta adolescentes. De hecho, se calcula que el 90% de los menores de 12 meses se han expuesto ya a pantallas... aunque los pediatras lo desaconsejan totalmente. La tablet, el teléfono móvil, los videojuegos, la televisión... ejercen una atracción muy poderosa sobre los más pequeños de la casa, pero, como en otros aspectos de su desarrollo, hay que saber poner límites y saber cuántas horas pueden pasar los niños delante de las pantallas.
No a cualquier edad
Quizá te parezca una buena idea que desde que nace tu hijo se familiarice con el mundo digital, pero los pediatras piensan lo contrario. Antes de los dos años los niños no deberían exponerse nunca a pantallas, según recomienda la Academia Americana de Pediatría. A partir de los dos años y hasta los cinco, aunque te parezca casi imposible de cumplir, los niños no deberían ver más de 30 minutos diarios; entre los 5 y los 12 años, como máximo 90 minutos y desde los 12 años, no tendrían que pasar más de dos horas diarias. Sí, lo sabemos, es muy difícil conseguirlo. Pero hay que intentarlo.
No en cualquier momento
Es tentador, pero las pantallas digitales no deberían ser el primer recurso para callar, contentar o distraer a tu hijo. Los menores necesitan explorar el mundo real con sus propias manos, establecer relaciones de causa-efecto en tres dimensiones, fomentar sus habilidades sociales, evolucionar en sus capacidades lingüísticas... Todo esto se consigue con el juego físico y, a ser posible, no dirigido. El niño tiene que aburrirse y buscar sus propios recursos para enfrentarse a ello. En el caso de los adolescentes, cada vez sufren más fenómenos como el "vamping", que les provocan problemas importantes de sueño por el uso de dispositivos móviles por la noche.
No sin límites
Los niños y los adolescentes no suelen tener conciencia real de los peligros de algunos de los contenidos a los que se enfrentan en el mundo digital. Así, se exponen a anuncios de comida basura, pueden sufrir ciberacoso o acoso sexual... La decisión de limitar qué contenidos ven los hijos ha de partir siempre de los padres. Lo ideal es que tengan conocimiento de lo que ven sus hijos y establezcan los controles parentales adecuados para vigilar adecuadamente el consumo digital de los más pequeños de la casa.
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