- Casi todas las cenas, ya sean románticas o festivas, comienzan por un aperitivo, pero el alcohol verdaderamente es muy muy dulce: una copa de champán representa aproximadamente 120 Kcal. Por ello, opta ya sea por un zumo de tomate, poco calórico y que además te sacia, ya sea por una copa de vino, y hazlo de manera que te dure toda la velada.
- Sí, a veces la espera entre los platos es larga, pero esto no es una razón para abalanzarse sobre las patatas fritas, los cacahuetes o incluso el pan (sobre todo si se le pone mantequilla).
Para calmar el hambre, bebe un buen vaso de agua o sé previsora y come media manzana antes de salir.
> El entrante:
- Antes que un plato de embutido, elige un surtido de marisco, ostras, langostinos, gambas... que no son más que proteínas. Evita igualmente untarlas de mayonesa, utiliza zumo de limón a modo de aliño.
> El plato principal:
- Cuidado con los platos con salsa. El pescado acompañado de una salsa consigue el efecto de una verdadera bomba... En este caso, pide que la salsa la sirvan en un pequeño recipiente aparte o elige una carne roja a la parrilla.
- La parrillada de verduras que se ha hecho a fuego lento durante horas en aceite tampoco será un regalo. Es mejor que escojas como acompañamiento un arroz blanco o una patata al horno.
- Por supuesto, evita la fritura en cualquiera de sus formas: buñuelos, patatas, escalopes empanados...
> El postre:
No es fácil resistir a la carta de los postres... Te imaginas los bizcochos, los fondants o las cremas heladas no son de lo más ligero. Pero si necesitas terminar a la fuerza la comida con un toque dulce, opta por una copa de frutas frescas o un sorbete.
Agradecimientos a Béatrice de Reynal, nutricionista y experta en la firma Forme
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