¡Ya no queda nada! A partir del 13 de abril y hasta el domingo 22, la capital hispalense recibirá un año más a la mítica Feria de Abril, de la mano de miles de sevillanos y forasteros con muchos volantes y rebujitos. Pero, no hace falta que seas sevillana para que te animes a disfrutar de este pedazo de evento. Eso sí, si quieres sobrevivir te recomendamos que tomes nota de nuestros consejos. ¡Atenta!
Como bien dice aquella sabia frase de "donde fueres, haz lo que vieres", cuando acudes por primera vez a un lugar nuevo es importante que conozcas las costumbres para no llevar escrito el cartel de novata en la frente. Por ello, si estás pensando en debutar en la Feria de Abril o en cualquiera de las ferias andaluzas que se avecinan (que no son pocas), seguro que aprecias estas enseñanzas.
1. Ser la caseta más divertida
Lo primero que impresiona de la Feria de Abril de Sevilla es su tamaño y la cantidad de hileras de casetas que se suceden por las diferentes calles de El Real. ¿Cómo saber cuál es la más divertida? Los sevillanos lo tienen claro.
Si eres turista, no lo vas a tener tan fácil, pero si conoces a algún sevillano, podrás entrar en las casetas privadas, que son las mejores. Si por el contrario, no conoces a nadie, siempre tienes la posibilidad de entrar a las 9 casetas públicas que habrá en la Feria de Abril del 2018. La entrada es gratuita y, seamos sinceras, con rebujito de por medio, todo el mundo se lo pasa bien, ¿o no?
2. Si no tienes traje de flamenca, el estilismo te quitará el sueño los días anteriores
Si decides no ir vestida de flamenca a la feria has de saber que ir en vaqueros y deportivas para estar cómoda no es una opción. Repite con nosotras: ¡No-es-una-opción! Si no quieres ser el centro de atención de todas las miradas andaluzas, olvídalo. Los sevillanos se toman muy en serio su feria, y aunque vayan vestidos de calle, sacan sus mejores galas para disfrutar de la fiesta casi como si de una boda se tratase. Por ello te recomendamos que llenes tu maleta de vestidos alegres y coloridos (si llevan algún volante o lunar mejor que mejor), pantalones palazzo, blusas ligeras, unos buenos pendientes y unas cuñas cómodas que te permitan resistir bailando hasta que el cuerpo aguante. ¡Y olé!
3. Ni el diluvio universal puede aguarles la fiesta a los sevillanos
Dicen que en Sevilla solo llueve dos veces al año, una en Semana Santa y la otra en feria. Por ello, están más que acostumbrados a disfrutar de sus fiestas grandes pese a que el tiempo no acompañe. Y es que, pese a que hubo momentos en los que la lluvia era completamente torrencial, las calles seguían estando llenas de flamencas (con paraguas, eso sí), coches de caballos y hombres trajeados. ¡Eso es ponerle al mal tiempo buena cara!
4. Aunque te hayas bebido tu peso en rebujito, a los sevillanos no les parecerá suficiente y siempre tendrán una nueva jarra que ofrecerte
¡Ojo cuidao' con el rebujito! Si nunca lo has probado, has de saber que es una de esas bebidas que entran solas, y al estar fresquita y beberse en vasos pequeños es muy fácil perder la cuenta de los litros ingeridos. Además, el carácter afable y generoso de los andaluces hará que siempre haya alguien dispuesto a ofrecerse a rellenarte el vaso.
5. Allí el espacio tiempo se mide en "miajas" y es imposible quedar a una hora determinada con nadie
Si piensas quedar con alguien fuera del grupo con el que viajas te daremos un consejo: ármate de paciencia. Es más que probable que tardes una "miaja" en dar con la caseta que buscas, otra "miaja" en ir y volver del baño, y otra en llegar hasta la barra. Lo mejor: dejarse llevar por el ambiente festivo y disfrutar de la feria sin prisas, que para eso estás disfrutando de unos días de vacaciones.
6. Su alegría es contagiosa, y es imposible volverse de allí sin una sonrisa en los labios
Bien sea por el ambiente festivo, por el clima o por los genes, lo cierto es que es casi imposible no viajar a Andalucía y mantener una sonrisa perenne durante todo el viaje. ¿O será por la gracia que nos hace que nos llamen "mi arma"?
7. Un grupo de novatas comiendo cañaíllas puede convertirte en el centro de atención de la feria
Si os pasa como a nosotras que no habíais visto una cañaílla en la vida, probablemente la primera vez que las comáis vuestra cara de desconcierto os haga merecedoras de ser el centro de todas las miradas. Para evitarlo, os presentamos al molusco en cuestión y os informamos que para comerlo necesitarás un pincho, y que es posible que te encuentres alguna sorpresa ahí dentro. ¡Al fin y al cabo, no dejan de ser animalitos!
8. Llevar un abanico contigo siempre es un plus, pues cuando el calor aprieta absolutamente todos los chicos de la caseta querrán acercarse a ti
9. Intentar coger un taxi a la salida de la feria agudizará tus sentidos y tu instinto animal
Sevilla, 6 de la madrugada, una horda de gente sale en avalancha de las casetas con un único objetivo: volver a casa en taxi. Miras hacia la cola de la parada y calculas que tardarás unas dos horas en conseguir uno para ti, así que solo te queda una opción, asaltar uno por la calle (poniendo en peligro tu integridad si hace falta) para conseguir que pare antes de llegar al recinto y te lleve a casa sana y salva.
¿El mejor consejo para conseguir que el taxi te pare a ti y no a los otros miles de grupos de personas que hay esperando alrededor? Dejarse la vergüenza a un lado y tirar de originalidad. Da igual que vuestra táctica sea ponerse delante hasta que pare, bailarle una sevillana improvisada o hablarle con acento venezolano para destacar por encima de tanto "mi arma". La clave está en llamar su atención y esperar que la fuerza os acompañe.
10. Para disfrutar al máximo de la feria, lo que realmente importa es la compañía
Como en cualquier viaje, lo más importante no es el destino sino la compañía, por lo que eligiendo bien vuestras compañeras de aventuras estamos seguras que ni el mayor de los diluvios conseguirá aguaros la fiesta.
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