El término plaid procede del inglés y se utiliza para designar a la clásica tela escocesa con estampado de cuadros. Si embargo, en el mundo de la decoración, el plaid abarca un concepto más amplio: se trata de una manta (cuyo estampado no tiene por qué llevar cuadros) suave, cálida y ligera que se utiliza para vestir elementos de nuestra casa como el sofá, las sillas, la cama o bien para colocarla en cestas de fibras naturales, aportando así un toque acogedor que hemos podido observar mucho en el estilo nórdico. Quizá sea una de las tendencias decorativas más sencillas que hemos visto hasta ahora, pues basta con colocar el plaid con cierta gracia, pero de manera desenfadada. Pero es sin duda un toque (muy económico) que puede cambiar el aspecto de nuestro salón o habitación. Aquí tienes algunas ideas para colocar el plaid en casa:
Podemos encontrar estas particulares mantas en diferentes tejidos y estampados: plaids de lana, de algodón, de pelo, a cuadros, a rayas, con estampados étnicos o bien lisos. Una opción que no suele fallar (y que encontramos con mucha frecuencia) es escoger el plaid en tonos pasteles, grises, blanco o negro para combinarlo con el color del sofá o de la ropa de cama.
En cuánto a las zonas donde colocar el plaid, ya has visto que lo más común es hacerlo sobre el sofá, las butacas o la cama. No solo mejora la apariencia estética haciendo la estancia más acogedora, también se trata de una cuestión de practicidad: ¿dónde si no nos íbamos a arroparnos con una manta?
¿Qué te parece el toque que los plaids pueden aportar a nuestra decoración? ¿Ya has pensando dónde vas a poner el tuyo?
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