Tengo que admitirlo. Soy un poco desastre. Y eso se refleja en el modo en que tengo organizado mi armario. Por lo general si me falta espacio no me complico demasiado y coloco las cosas de la mejor manera que encuentro en el momento, pero cuando pasa un tiempo y se van acumulando, aquello empieza a tornarse en un caos.
Y como suele ocurrir en estos casos, basta que tengas la necesidad de encontrar algo con urgencia para darte cuenta de que no puedes seguir así. Al final pierdo más tiempo entre buscar la ropa, plancharla, o mover y recolocar todo que si desde un principio me hubiese puesto como objetivo tener algo de organización en mi armario.
Cambiar de armario o sacarle partido
Así que me puse a la tarea de poner algo de orden en mi armario, y en seguida me di cuenta de que no iba a ser sencillo, porque no es tan amplio como me gustaría. Tenía dos opciones, una, comprar un armario nuevo, con más capacidad, y la otra, intentar sacar el máximo partido del que ya tengo. Obviamente esta segunda era más barata, así que decidí intentarlo en primer lugar.
Y fue entonces cuando mirando aquí y allá me topé con una opción sencilla y económica que me ha resuelto el problema. El de la organización de mi armario, quiero decir. El de ser un desastre es algo que llevará más tiempo solventar, aunque gracias a estas cestas para armario de Lidl ya he conseguido que se note menos.
Cestas para armario por menos de 6 euros
Lo que más me gusta es que resultan una solución muy ingeniosa que duplica el espacio disponible que puedas tener. Por cada balda que tengas en tu armario, te proporciona otra adicional. Simplemente, hay que fijarla a esta y ya tienes un nuevo espacio creado donde colocar tu ropa. Sin necesidad de perchas o de cajones.
Como cuesta apenas 5,99 euros, con muy poco presupuesto he aumentado considerablemente el espacio disponible en mi armario y me he ahorrado tener que comprar otro. Además de que ahora ya no tengo que bucear entre montañas de ropa para encontrar una prenda ni perder tiempo en plancharla porque todo lo tengo a mano y perfectamente dobladito.
¿Sigo siendo un desastre? Sí. Pero al menos en mi armario ya no se nota tanto.
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