Para realizar pequeños trabajos de pintura tú misma deberás tomar ciertas precauciones en función de la superficie que quieras pintar: madera, plástico, baldosa... Todas requieren su método.
Pasos previos
Para evitar problemas, hay que cuidar la preparación, elegir una pintura que se adapte a la perfección a la superficie que quieres pintar y asegurarte de que ésta no es demasiado húmeda. Si la superficie ya está pintada y en buen estado, no hace falta que apliques de nuevo un capa de pintura, sólo límpiala bien, dejar que seque y líjala un poco. Pero si tienes dudas, siempre conseguirás un mejor resultado con una capa de pintura nueva.
La limpieza
Para limpiar la superficie que quieres pintar o repasar tienes que contar con un buen detergente, crema abrasiva, o, mejor, cristales de sosa si la superficie presenta defectos. Importante: los cristales pueden irritar así que utiliza guantes y gafas. A continuación, aclara bien la superficie con agua limpia, de abajo arriba, para evitar derrames.
El pulimiento
Deja la superficie lisa y uniforme, lo que facilitará la adhesión de la primera capa y de la pintura. Importante: durante este paso protégete con mascarilla antipolvo porque el pulimiento genera mucho y si la pintura es muy vieja puede contener plomo, altamente tóxico. Protege la habitación con una lona o plástico.
Los diferentes métodos
-Pintar sobre madera: Utiliza una primera capa para madera para igualar el grano. Asegúrate de que antes de aplicar la pintura la madera está bien seca. Además deberás comprobar la estanqueidad de la superficie: si descubres fisuras por donde podría filtrarse el agua deberás estancar la superficie tú misma con productos especializados para dicha finalidad disponibles en cualquier tienda de bricolaje. Por lo general, se aconseja realizar un suave pulimiento cuando la primera capa esté seca y antes de aplicar la segunda. Finalmente, deberás terminar con una capa de barniz para que el trabajo que acabas de realizar dure muchos años.
-Pintar sobre plástico: Utiliza una primera capa para plástico o PVC. Los plásticos muy lisos los deberás lijar suavemente. Después de la primera capa podrás utilizar cualquier pintura que te guste, eso sí, que se encuentre dentro de una gama especial: pinturas acrílicas o con glicerina.
-Pintar en metal: Utiliza una primera capa que proteja la superficie de la corrosión y facilite la adhesión de la pintura. Hay algunas específicas para cada metal y productos para tratar el óxido o pintar sobre superficies oxidadas. Infórmate.
El metal es una superficie lisa no adherente para el que necesitarás una pintura “sólida” tipo pinturas con aceite, las llamadas pinturas gliceroftálicas, en lugar de las acrílicas porque éstas se desconcharán con más rapidez.
-Pintar en baldosas: Utiliza una primera capa especial para baldosas de modo que la superficie quede lisa y la pintura pueda adherirse. Hay pinturas especiales para este tipo de superficie. Lo más importante es que hagan de la superficie que quieres pintar una zona completamente hidrófuga y si es posible resistente a las rayaduras. Para un resultado impecable deberás trabajar las juntas con un renovador.
Truco: puedes crear tu propia decoración alternando colores o motivos en cada una de las baldosas.
-Pintar en formica: si buscas un resultado impecable te aconsejamos que apliques dos primeras capas de imprimación acrílica para superficies de formica. A continuación, elije una pintura acrílica y un barniz acrílico mate para el acabado. Este trabajo requiere más tiempo porque después de cada paso debes esperar a que la superficie seque, pero el resultado será perfecto. ¡Ya lo verás!
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