Puede aparecer una sudoración excesiva cuando nos enfrentamos a situaciones de estrés o nerviosismo. Las personas con hiperhidrosis pueden descubrir que incluso no resulta útil cambiar las circunstancias externas, como mantenerse alejadas del sol o no realizar ejercicio físico. Sus glándulas sudoríparas son hiperactivas y es como si "fueran por libre", por lo que continuarán produciendo sudor igualmente aunque no haya ningún desencadenante.
Sin embargo, que tengas este tipo de problema no significa que debas apartar el deporte de tu vida, pues practicarlo de manera regular tiene muchísimos beneficios para tu salud.
La sudoración excesiva aparece predominantemente en las axilas, las palmas de las manos, las plantas de los pies o en zonas craneofaciales. Es más bien simétrica (ambas axilas, ambas manos...), no aparece durante la noche y en la mayoría de los casos ocurre por lo menos un par de veces cada semana. Se basa en una predisposición genética y comienza antes de los 25 años de edad.
La causa principal de la hiperhidrosis parece residir en una hiperactividad de la producción de glándulas sudoríparas (llamadas glándulas ecrinas). Un tratamiento eficaz puede dar lugar a mejoras espectaculares en las vidas de las personas que tienen que vivir con el proceso. En consecuencia, el diagnóstico y el tratamiento deben considerarse cuidadosamente.
El tratamiento que mejor funciona es la aplicación de la toxina botulímica (bótox) en zonas localizadas para inhibir la producción de sudor. Pequeñas dosis de toxina botulínica purificada inyectadas debajo del brazo bloquean temporalmente los nervios que estimulan la sudoración. Este tratamiento dura entre seis y ocho meses y los resultados son inmediatos. El coste de este tratamiento ronda los 600 euros y debe ser realizado por médicos especializados.
Contenido elaborado en colaboración con Clínica Bruselas.
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