Cuidarte por dentro y por fuera es lo que nos propone la cosmética hedonista, que busca desconectar de las presiones diarias a través de las rutinas de belleza.
“Es el hygge cosmético. La belleza como llave para la felicidad. Porque, al final, sentirse bien con uno mismo se traduce en armonía. En el confort, la calidez y la seguridad que promueve este concepto danés que esconde el secreto para ser feliz”, afirma María Arana, fundadora de la eshop de cosmética hedonista Bliss à Porter.
Slow beauty
Y es que atrás queda la época de que “para presumir hay que sufrir” o los milagrosos remedios exprés contra el envejecimiento. Hoy lo que se lleva es la belleza sin prisas, en armonía con el paso del tiempo y de la mano de hábitos de vida saludables.
Arana explica que esta tendencia se traduce en una belleza pausada, en calma. Una belleza que exige tiempo para cuidarse, para una misma y que cree en el envejecimiento natural de cada persona. “Aunque los productos anti-edad siguen liderando el mercado, cada vez más se insiste en que la cosmética también debe hacernos sentir bien”, explica.
“Lo que buscamos es estar satisfechos con nuestro aspecto, sea cual sea la edad, sin estrés, ni una visión competitiva de belleza”, aclara.
Ritual placentero
Adiós a la belleza como obligación. Porque ya no solo vale la eficacia, ahora el bienestar también es esencial. Se trata, según la experta, de elegir tratamientos agradables adecuados a cada persona, a las necesidades de cada piel, con los que sentirse bien y sobre todo disfrutar con los cinco sentidos.
Y es que cuidarse más que una necesidad, tiene que ser una recompensa. “No hay que encerrarse en el baño huyendo de los niños, la gestión de las tareas familiares o el trabajo y aplicarse productos a toda prisa. Al revés, incorpora tus rituales de belleza a la vida cotidiana, para que te ayuden a afrontar la jornada (o el final de la misma) con serenidad”, aconseja María Arana.
“Esto no significa que debas adoptar religiosamente rutinas largas o complicadas, sino que se adapten a tu estilo de vida. Aunque sí hay que ser constante. La limpieza e hidratación diarias son imprescindibles”, continúa.
Cosmética coreana
María Arana encuentra en la cosmética procedente de Oriente un ejemplo de este tipo de belleza continuada y comprometida, ya que su meta no es solo disimular los defectos (aunque tiene productos estupendos para ello), sino fundamentalmente, equilibrar y purificar la piel, sin perder de vista la experiencia hedonista y placentera.
“Las coreanas, por ejemplo, son expertas en el arte del ‘layering’, es decir, la aplicación sucesiva de productos destinados a limpiar, tonificar, tratar, hidratar y proteger la piel. Así, la dermis aparece jugosa y como iluminada desde el interior, con lo que el maquillaje, en vez de para disimular o corregir, se emplea para resaltar la belleza natural”, aclara.
Más allá de la belleza, busca en la cosmética el equilibrio perfecto entre cuerpo, mente y alma. Porque, al final, sentirse bien con uno mismo se traduce en bienestar y armonía. En felicidad.
Contenido elaborado en colaboración con María Arana, fundadora de la tienda de cosmética hedonista Bliss à Porter.
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