Con solo 32 años, a Michelle le diagnosticaron un cáncer de cuello de útero. Acababa de dar a luz a su pequeña Martha y vivía un momento plenamente feliz en compañía de su pareja, Jack. A partir de esta terrible noticia, los ritmos de la vida de la pareja se aceleraron y todos sus planes de futuro se precipitaron en pocos días, tal y como podemos leer en el medio inglés Mirror.
Después de varias pruebas, los médicos determinaron que a Michelle tan solo le quedaban un par de días de vida porque la agresividad del cáncer era total. En el momento en el que tuvieron noticia de esta terrible cuenta atrás, Jack se apresuró a organizar una boda en la sala de espera del hospital de Peterborough (Inglaterra). La madre de Michelle le compró un vestido que arregló a su medida, Jack invitó a los familiares y amigos más cercanos, entre ellos la pequeña Martha, hija de la pareja. El personal sanitario se encargó de organizar todo para la ceremonia y el resultado fue una boda muy íntima y especial.
Cuatro semanas después del enlace Michelle murió pero está claro que sus familiares hicieron posible que sus últimas horas estuviesen llenas de amor y felicidad.
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