Cuando tenía solo 24 años, la vida de la joven Aimee Copeland dio un giro de 180º. Después de que los médicos le tratasen una fractura en su pierna, la cicatrización de su herida no fue tan bien como todos esperaban. De repente, su estado de salud comenzó a empeorar y a debilitarse. Después de unas cuantas pruebas médicas, los médicos determinaron que Aimee se había infectado con una extraña bacteria que provoca la fascitis necronizante, una enfermedad que destruye los tejidos corporales. Así, con el fin de salvarle la vida, los profesionales decidieron amputarle parte de sus dos brazos, una pierna y un pie, además de tener que hacer varios injertos de piel en otras zonas de su cuerpo.
Ante esta situación, tanto la joven como su familia se sentían hundidos y sin fuerzas para seguir adelante. Sin embargo, de repente algo cambio en la forma de pensar de Aimee y decidió empezar a aceptar su cuerpo y sus 'limitaciones'. Consiguió aprender a ver la belleza en cada una de sus cicatrices y se convirtió, entonces, en todo un ejemplo para las personas que sufren una enfermedad de este tipo.
De hecho, a través de su página de Facebook, Aimee anima a otros jóvenes que pueden sentirse desesperanzados por situaciones similares y les anima a convertirse en verdaderos guerreros como ella. Cuatro años después de sus amputaciones, Aimee es una mujer renovada: ha terminado sus estudios universitarios con éxito, disfruta de la vida y es feliz junto a su familia y sus amigos.
Sin duda, ¡toda una heroína de carne y hueso!
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