Desde la planificación inicial del viaje hasta el momento de conducir el coche o irnos en avión. También durante los primeros momentos de toma de contacto con la playa y todas esas pequeñas anécdotas que van surgiendo después. Irnos de vacaciones con nuestras amigas es una de esas experiencias maravillosas que acaban marcando nuestro verano y que sin remedio nos harán agonizar de dolor cuando lleguen los meses más fríos.
Como ya sabemos que no necesitas motivos para irte con ellas y seguro que si no lo has hecho ya, tenéis entre manos un viaje para más adelante, nos vamos a limitar a recrear esas situaciones que todas hemos vivido alguna vez. Y es que, ya sabes que el verano y la vida en general no sería lo mismo si ellas no estuviesen ahí.
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1. El apartamento: expectativa vs. realidad
El apartamento que salía en las fotos de Internet no tiene nada que ver con el de la vida real después de que llevéis dos días viviendo en él. El cuarto de baño está lleno de neceseres desbordantes de maquillaje, la bañera a rebosar de champús y mascarillas (porque sí, cada una lleváis la vuestras, sois así de especialitas), las camas sin hacer, la cocina sin recoger, las planchas del pelo tiradas en el suelo... Y ¿qué me dices de la basura que se acumula?
2. Las pequeñas disputas
Ya sabes que el roce hace el cariño pero también genera enfados de lo más ridículos. O es que, ¿acaso no te has visto discutiendo con tu mejor amiga por el lugar en el que colocáis la sombrilla en la playa o por la forma correcta en la que se debe cocer el arroz?
3. Se desarrollan técnicas de ligue nunca antes probadas
En la playa, de fiesta, mientras estáis comiendo en un restaurante o cuando espías por el balcón a los vecinos del apartamento de al lado. Si la mayoría de vosotras estáis solteras, prepárate para el derroche de amor estas vacaciones... Probablemente ninguna acabe comiéndose un rosco, ¡pero será divertido!
4. ¿Fregar los platos? No, gracias.
Si llevas años yéndote con tus amigas de vacaciones, a estas alturas ya sabrás el engorro que supone turnarse para fregar los platos, vasos y cubiertos sucios cada vez que termináis de comer. Para evitar que se acumulen en la pila de la cocina acabaréis comprando una vajilla de plástico para poder tirarlos después a la basura directamente. ¡Problema resuelto!
5. Hay una canción que acaba convirtiéndose en el himno de vuestras vacaciones
La cantaréis cuando salgáis de fiesta y la pondréis sin parar cuando vayáis en el coche. Incluso tendréis vuestra propia coreografía para ella. En el fondo sabes que es la típica canción del verano que carece de toda profundidad en su letra, de hecho es muy probable que sea alguna de reggaeton... ¡pero la tendréis en la cabeza durante todas las vacaciones!
6. Y, cómo no, también habrá una frase mítica
Aunque el origen de la frase Lo que pase en Las Vegas, se queda en Las Vegas se remonta a una campaña publicitaria, bien podría aplicarse a cualquiera de vuestros viajes.
7. Será el momento de echar por la borda todos los buenos propósitos del año
Nada de dietas, ni deporte, dejar de beber alcohol, no fumar, pasar de los hombres... ¡Todo por la borda! Es el momento de soltarte la melena y, por supuesto, lo vas a hacer a lo grande.
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8. El menú de vacaciones puede ser muchas cosas pero, desde luego, nada variado
Pasta, pizza, arroz a la cubana, hamburguesas y ensaladas (si pueden ser empapadas en salsa César, mucho mejor). Y es que, inexplicablemente, cuando estás en la playa con tus amigas se despierta en ti un hambre voraz , como si en lugar de Gandía o Benidorm estuvieseis en la isla de Supervivientes. Eso es así.
9. La confianza se multiplica
No cabe duda de que convivir una semana con tus amigas os hará ganar confianza. Prepárate para escuchar vuestros secretos más inconfesables después de un par de copas en casa. Eso por no hablar de otros temas más escatológicos. Ya sabes lo que dicen: la confianza da asco.
10. "Tía, ¿qué te vas a poner para salir?"
Antes hablábamos de frases que se repetirán durante vuestras vacaciones... Pues bien, esta es una de ellas. Te cambiarás mil veces de ropa, pedirás prestada la de tus amigas (o se la quitarás directamente, porque total, hay confianza) y... finalmente, aunque te hayas llevado una maleta con medio Bershka dentro, terminarás poniéndote lo de siempre.
Vale, no tengo nada que ponerme.
11. Pareceréis una familia cada vez que vayáis a la playa
No os faltará detalle. Desde las toallas y chanclas hasta la sombrilla, pasando por esa amiga que siempre está pendiente de que te eches crema para no quemarte. Y, por supuesto, esa nevera azul dominguera donde tus padres guardaban el agua y los bocadillos y tú... tú solo llevas latas de cerveza y botellas de tinto de verano.
12. Esta claro que será una semana inolvidable
De esas que recuerdes con lágrimas en los ojos cuando llegue el frío invierno y será una digna historia que contarle a tus nietos. Y es que, ¿qué sería de tu vida sin esa panda de locas que tienes por amigas?
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