El Wardrobin consiste nada más y nada menos que en comprar un artículo, usarlo y luego devolverlo para obtener de nuevo el dinero del pago. Una práctica, más común de lo que piensas, que se utiliza en el mundo de la moda para poder presumir de modelito nuevo todos los días sin gastar ni un euro. ¡Muy fuerte!
Las estadísticas hablan por si solas, según un estudio de la National Retail Federation, en 2012 las pérdidas debidas a devoluciones de prendas usadas llegaron a los 8.800 millones. Una práctica más común de lo que pensamos y que abusa de la confianza que depositan las marcas de moda en el consumidor.
Sus causas
-La crisis económica y por lo tanto un descenso en el consumo.
-El boom de los blogs de moda. Algunos egobloggers, no todos por supuesto, adquieren la tendencia que se lleva en ese momento, se fotografían con ella y luego devuleven la prenda para repetir la operación al día siguiente. Está claro que lucir un look completamente nuevo todos los días solo está al alcance de millonarios y muchas veces ni ellos mismos lo hacen. Además existen showrooms especializados en ceder ropa de firma a prensa y bloggers para que estos la fotografíen y que las marcas salgan publicadas. ¡Está todo inventado!
-Las redes sociales. Nos encanta subir fotos a nuestras redes sociales, pero en ocasiones no queremos repetir el modelo porque “ya lo ha visto todo el mundo”, a pesar de que no hemos coincidido realmente con ellos. ¡Una locura absurda! Sé sensata y piensa que la mayoría de la gente no lo recordará y que si lo hace no pasa nada. Lucir varias veces una misma prenda demuestra su versatilidad, tu capacidad para combinarla de diferentes formas y el apego que le tienes a tus cosas. ¡Es cool!
-Relajación en las políticas de devoluciones. Se trataba de que el cliente se sintiera más confiado, de ofrecerle un servicio útil para que estuviera más contento y comprara más. Las firmas de ropa y grandes almacenes lo instauraron por miedo a perder clientes.
¿Cómo se le pone freno al Wardrobin?
La respuesta a esta pregunta es complicada. Las tiendas no han dado con la tecla correcta pero muchos establecimientos ya han tomado medidas. Por ejemplo Bloomingdale’s coloca unas pegatinas negras en las prendas que si el cliente quita, deja de poder devolver. Otras tiendas crean un historial de sus clientes en el que se ven reflejadas las compras y devoluciones que han realizado. Aquí no hay escapatoria, están reflejados todos los establecimientos de la cadena.
Por último lo único que se nos ocurre es la concienciación. Intentar explicarles a los consumidores la importancia de adquirir solo las prendas que realmente necesitamos o que vamos a utilizar. Hace meses leímos en The Cut que solo usamos un 20% de la ropa que tenemos en nuestro armario.
Esperamos haber colaborado un poco y que a partir de ahora más gente esté al tanto de un problema capaz de arruinar millones de negocios.
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