Ya sean grandes aciertos o fatales errores, todas conocemos estos vestidos. Desayuno con diamantes o Lo que el viento se llevó son algunos de esos clásicos cinematográficos que nos han brindado vestidos con los que soñar y querer vivir un cuento de hadas. Transparencias, estampados, joyas y todo el pantone al completo son susceptibles de convertirse en ingredientes para crear un vestido icónico. Desde las pasarelas hasta las alfombras rojas, todos ellos se han ganado un hueco en nuestros recuerdos. La pierna de Angelina o los transgresores looks de la Spice Girls son difíciles de olvidar, por ello todos están en esta lista de los 45 vestidos más icónicos de la historia.
Si cuando encuentras un vestido marrón con topos blancos piensas "Ahhh es como el de Pretty woman" o si cada vez que ves un vestido estrafalario te acuerdas del cisne de Björk... Seguro que no se te escapa ninguno de ellos.
El vestido verde de Keira Knightley en Expiación fue considerado por el diario británico Daily Mail como uno de los mejores de la historia del cine, sólo por detrás del genial e inimitable vestido negro de Givenchy que luciera Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes. Y es que el vestido de seda verde diseñado Jacqueline Durran ¡casi consiguió robarle el protagonismo a la propia Keira!
Aquel lacrimógeno discurso de Gwyneth Paltrow tras ganar el Oscar, no habría sido lo mismo si ella no hubiera estado enfundada en el vestido de rosa que la acabó de convertir en "la chica perfecta". Está claro que los Oscar nos han dejado momentos históricos, por ello los vestidos que hemos visto en sus múltiples galas no se podían quedar fuera de esta lista de los vestidos más icónicos. La carcajada de Julia Roberts o el encantador tropiezo de Jennifer Lawrence lograron que sus vestidos se convirtieran en historia.
Pero como tampoco podíamos olvidarnos de los tropiezos estilísticos de nuestras celebrities, el cisne de la islandesa Björk se ha convertido en parte de la historia viviente de la moda, al igual que el vestido de carne de Lady Gaga. Rihanna o Kim Kardashian tampoco podían faltar a su cita con la moda, esos sí, en su estilo.
Las claves para que un vestido se convierta en parte de la historia
Tan importante como el vestido es la percha, así que una parte esencial en el éxito de estos vestidos se debe a la seguridad que poseían las mujeres que los llevaban. El encanto de la inocente Lady Di el día de su boda o la forma magistral con la que Angelina exhibía su pierna por esa vertiginosa apertura lateral de su vestido, son factores que influyen en cómo los recordamos. Pero no te equivoques porque hay más claves:
1. Princesa por un día. Da igual que lo quieras esconder porque eso es una realidad: ¡todas hemos fantaseado alguna vez con vestirnos con un vestido propio de una princesa! Aquí las alfombras rojas se convierten en la excusa perfecta para que el tul y el strass decoren cualquier look. Alicia Vikander pareció haber tomado inspiración en Disney ya que cuando subió al escenario del Dolby Theatre para recoger su Oscar, todo el mundo sufrió un flashback y vio en Vikander al personaje de Bella en La Bella y la bestia. Alicia quería ser princesa por un día y lo fue.
2. La creatividad al poder. Un vestido marca un antes y un después si es diferente a todo lo que ya existe. Al ponerse un vestido amarillo para ir a una ceremonia de los Oscar, Michelle Williams hizo que todo el fundo se fijara en ella por desafiar las supersticiones del mundo del espectáculo. En el momento en que Twiggy optó por hacer del vestido minifaldero su prenda básica, logró cambiar la historia de la moda. Y sí, cuando Geri Halliwell se puso patriótica y se plantó un mini vestido con la bandera de Inglaterra, además de conseguir que millones de padres en todo el mundo se llevaran las manos a la cabeza, también consiguió que su look marcara un hito estilístico en la década de los 90.
3. Los accesorios importan. Los míticos Louboutin de Carrie al igual que su tocado de plumas, formaban una parte imprescindible de su perfecto outfit de novia chic. Pero tan importante como el bolso, el tocado o los zapatos es el peinado y, aquí debemos darle el premio ganador al moño. Concretamente los recogidos a la altura de la nuca consiguen hacer que el vestido luzca mucho más y si no lo crees piensa en Penélope o Gwyneth... ¡Perfectas!
4. ¡Que no falte el drama! ¿Quieres que recuerden tu vestido? Llora, tropíezate, dale a alguien un beso inesperado, gana un Oscar o jura que que jamás volverás a pasar hambre... Esas cosas no se olvidan. Richard Gere lo sabía y por eso sorprendió a Julia Roberts cerrando por sorpresa aquella caja de Pretty Woman.
5. ¡Qué nadie más lo tenga! Aquí no hay nada que añadir. La exclusividad es un must y pasearte por cualquier parte con un vestido que lleva más gente es algo que olvidar.
Ahora que ya lo sabes todo, sólo tienes que buscar tu vestido perfecto y llevarlo con determinación porque puede que el tuyo también se convierta en historia.
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