Es normal que las personas extrovertidas y entusiastas se vistan o decoren su espacio personal en colores vivos como el naranja, verde o amarillo, mientras los colores neutros como el blanco o el gris son preferidos por los más conservadores.
La euforia también influye al hacernos elegir tonos más vivaces y, por el contrario, la depresión y tristeza nos hace optar por conjuntos más oscuros como el gris o el negro.
La razón por la que esto pasa, de acuerdo a algunas teorías, es a causa de los colores emitidos por la longitud de ondas, los cuales influyen en los neurotransmisores cerebrales, esto genera una sensación de incomodidad o de bienestar.
La relación con los colores se desarrolla desde pequeños. Al dibujar, los niños eligen sus colores favoritos inconscientemente influenciados por su mundo, y al crecer creamos un vínculo más grande que sobrepasa nuestras preferencias, que nos identifican y afectan nuestras emociones y conducta.
El marketing estudia este fenómeno y ha concluido que colores vivos como el rojo y amarillo fomentan el dinamismo y la energia, mejoran nuestro ánimo y nos incitan a consumir, mientras que los tonos en azul nos relajan y calman la mente, e incluso los tonos en rojo pueden incidir en la percepción del tiempo.
¿Qué nos transmite el color de nuestra vestimenta?
El color que elegimos en nuestra vestimenta influye en cómo nos comportamos. El color negro es símbolo de elegancia y profesionalidad en la cultura occidental, denotando a una persona segura de sí misma, con autocontrol e independiente. Sin embargo, también está relacionado con la tristeza y el luto, ligado además a la desesperanza, por lo cual suele ser preferido por personas deprimidas o pesimistas.
La paz interior es esencial en cada persona, y los tintes azul y blanco alivian el estrés, disipan la preocupación y nos ayudan a disfrutar los momentos con reflexión y tranquilidad, nos relajan con más facilidad y, por ende, mejoran nuestro bienestar emocional. A esta lista se suman el verde, violeta y el beige.
El color blanco en sinónimo de pureza y sencillez, y al igual que el negro también esta ligado al ámbito profesional, transmitiendo sinceridad y cercanía. Mientras tanto, la vestimenta roja se asocia con la vitalidad y energía, el amor y la pasión.
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