Uno de los principales enemigos por tanto del deseo sexual lo encontramos en el tan temido estrés: se apodera de nuestros ratos libres, hace que busquemos soluciones para problemas del día siguiente y, en definitiva, ocupa ese momento de liberación mental que, entre otras funciones, debería cumplir la de dejar paso a la relajación y por lo tanto al espacio para que el deseo sexual aparezca.
Un fenómeno curioso y muy dañino en este ámbito es como no nos alarmamos hasta que nuestra libido está bajo mínimos peligrosos, durante esa caída somos conscientes de que nos estamos descuidando y con ello esa necesidad tan básica como otras como es la sexual, pero solo nos ponemos a intentar remediarlo cuando ya es, a veces, muy tarde para que la vuelta a la normalidad sea fácil. Para luchar contra ello, habla con tu pareja, despeja tu mente, intenta relajarte con algunas de estas canciones para hacer el amor y déjate llevar sin permitirte pensar en otra cosa.
Además del devastador estrés, otro fenómeno que afecta muy comúnmente a la bajada en el deseo sexual son los efectos de la rutina. Nos acomodamos a lo fácil en muchas áreas de nuestra vida y en el sexo no somos menos. Evitando caer siempre en lo mismo, buscar nuevas situaciones, cosas nuevas, la sorpresa, son elementos necesarios para que este deseo no se vea afectado. Acabar con la rutina puede llegar a ser muy divertido, innova con conjuntos sugerentes, buscad sitios nuevos y atrevidos dónde desatar vuestra pasión, y siempre puedes consultar el kamasutra para romper con lo establecido.
Otro aspecto muy relacionado con este problema tiene como punto clave la comunicación dentro de la pareja y, más concretamente, con lo que tiene que ver con sentimientos, apetencias y gustos. La sexualidad es el nivel más íntimo de comunicación en la pareja pero para ello debe ser ayudado no sólo por el lenguaje no verbal sino también por el explícito, comentando y compartiendo deseos o aquello que nos pueda ayudar a vivir las relaciones sexuales de una forma más plena y con ello más apetecible. Y, por supuesto, cuidando de vuestra relación día a día, con pequeños detalles como decirle que le quieres o incluso cosas mucho mejores que eso.
La pauta con la que evitar que aparezcan estos problemas radica en primer lugar en conocerse uno mismo, fomentar el auto cuidado, identificar emociones negativas y los signos de estrés, haciendo que sea más fácil darle importancia al equilibrio de las áreas de ocio y de cuidado en nuestra vida y con ello recolocando la importancia del sexo en nuestro día a día con desinhibición, originalidad y tiempo.
Artículo elaborado en colaboración con la psicóloga, sexóloga, grafóloga, perito calígrafo y judicial Ana Perales. (www.apmpsicopericial.com)
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