Perder la virginidad, ¿es decir…?
Técnicamente una mujer sigue siendo virgen mientras su himen (esa membrana flexible situada en la entrada de al vagina) permanece intacto. Cuando se mantiene una relación sexual, y por lo tanto hay una penetración, el pene del hombre al introducirse en la vagina rompe el himen. En ese momento puede producirse un ligero sangrado, es lo que se llama la desfloración o la pérdida de la virginidad.
No obstante, hay muchas ideas preconcebidas sobre ese momento así que no vendría mal ponerse un poco al día: no se puede perder la virginidad montando a caballo. Sin embargo, la práctica regular de un deporte como la danza o la equitación pueden ablandar el himen y por lo tanto hacer que la primera penetración sea menos dolorosa.
La edad ideal
A nivel legal, en España pueden mantenerse relaciones sexuales a partir de los 13 años lo cual no quiere decir que si alguien sigue virgen a los 14 quede fuera de la norma. De hecho no existe una edad «normal» para perder la virginidad, todo depende de la madurez física y psicológica y del contexto.
Cuerpo a punto... ¡y mente también!
La primera vez debe ir de la mano de las ganas. Hay que ser suficientemente madura a nivel sexual y en relación con los deseos para poder asumirlos. Con la llegada de la adolescencia el cuerpo sufre una metamorfosis, se convierte poco a poco en adulto y la libido se despierta. Has descubierto cómo darte placer sola y estás completamente abierta a ello, de modo que ya has alcanzado cierta madurez física, pero de momento tu relación con la sexualidad es solitaria y se basa en fantasías. ¿Estás lista psicológicamente para descubrir tu intimidad y compartir tu placer con un hombre? A veces el cuerpo se desarrolla más rápido que la cabeza y para pasar a la práctica ambos deben estar coordinados.
El mejor contexto
Si ya estás lista, tanto física como psicológicamente, sólo te queda encontrar a la persona adecuada, que te tiene que gustar de verdad e inspirarte suficiente confianza para tener ganas de hacer el amor con ella. El contexto también tiene su importancia, pues debes sentirte totalmente cómoda y segura, sobre todo la primera vez, porque si estás tensa, los músculos vaginales se contraerán y la penetración será dolorosa. Espera a encontrar a alguien con quien te sientas bien para dar el paso, aunque esto pueda parecerte frustrante, la frustración forma parte de la vida y añade un toque picante también a la sexualidad.
No dramatices
Hay quienes esperan a estar realmente enamoradas para perder la virginidad y tienen razón: es un momento importantísimo en la vida de una mujer y no hay que arruinarlo. Esta primera experiencia es determinante para tu futura vida sexual. Mal vivida puede provocar bloqueos y traumatismos. Tómate tu tiempo, no hay prisa: en esta vida todo llega.
Otras eligen a un hombre experimentado que les guste pero del que no están enamoradas. Quieren quitarse de encima lo que consideran una carga para avanzar en su vida sexual. Si están seguras de lo que hacen y no hacen el amor para hacer lo que hace todo el mundo, ¿por qué no?
En ambos casos lo más importante es sentirse preparada y quitar hierro al asunto: la primera vez nunca es sensacional, pero es la puerta de entrada a otras ocasiones mucho más agradables.
Precauciones indispensables
Poco importa la edad, si decides perder la virginidad tienes que ir al ginecólogo para que te prescriba una contracepción adecuada. No olvides utilizar preservativos: son la única protección contra las ETS y demás infecciones más benignas, así que son indispensables.
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