Hacer el amor en lugares públicos es una fantasía muy común y realizada. Si sientes necesidad de hacerlo con tu pareja o, simplemente, curiosidad, no temas, no es nada raro ni nada de lo que alarmarse. El riesgo de que te descubran y saber que estás haciendo algo que no está bien mezclan la sensación de miedo con la excitación y aumentan el placer. Si tienes ganas de enriquecer tu vida sexual y de hacerla más abierta, puedes probar a practicar sexo en la calle o en algún lugar público pero debes ser cauta. Por ejemplo, lo más recomendable es practicar con posturas que te puedan hacer huir fácilmente si viene alguien, así que nada de tumbarse en el suelo.
Hacer el amor al aire libre
La sexuales. Siente el frescor de la brisa en tu piel, el roce de la hierba fresca, el tacto de una fría pared en tu piel... Si os excita, ¡cualquier sitio es recomendable! Eso sí, como decíamos antes, cautela.
Si no es un clásico "aquí te pillo aquí te mato", recuerda ser precavida: no te olvides del mantel o la toalla para que la arena o las espigas no te incomoden. Te llevarás un gran recuerdo además de un inmenso placer. Haz el amor al aire libre, te dará libertad, te desinhibirás, desafiarás todos los elementos y escucharás cómo habla tu cuerpo. Es el ambiente ideal para los arrumacos. Pero cuidado si lo haces en el agua, ya sea piscina o mar, ya que la irritación por la fricción puede ser más incómodo que placentero... Primero, puedes probar algo mucho más cómodo: el coche. ¿sabías que hay muchísimas posturas a probar en un espacio tan reducido?
Hacer el amor medio a escondidas
El hueco de la escalera o el ascensor son grandes clásicos para alcanzar el séptimo cielo. En el caso del ascensor, deberás comprobar que haya un botón de stop, a menos que seáis más rápidos que el viento o lo hagáis a altas horas de la madrugada cuando nadie lo use. Estos sitios son menos sexys pero más típicos de un momento de pasión irrefrenable.
La piscina pública, un parking mal iluminado, el coche, la oficina, el probador en rebajas con una cola interminable, los baños de un restaurante chic o del tren (sacudidas garantizadas), el cine… La lista es larga. El arte de hacer el amor en público reside en no ser pillados intentando llamar la atención y viviendo experiencias sexuales lo más estimulantes posibles. La complicidad con la pareja es esencial para estos jueguecitos de los que seguro que ambos os acordaréis. La cuestión está en ser o no ser vistos. Y bueno, si tenéis dudas, siempre puedes hacer este test y descubrir qué fantasía sexual deberías probar.
Consumar la relación a veces resulta delicado en algunos lugares demasiado indiscretos, por eso también puedes optar por la alternativa de la masturbación. Acariciaos mutuamente para volverle loco, hazle una felación debajo de la mesa o por debajo del mantel intentando ser lo más discretos posibles. ¡Empieza con una explosión de deseo y acaba con un recuerdo apasionado!
Reglas que no hay que olvidar
Importante: infórmate acerca de si hacer el amor en lugares públicos está penado en tú país. En Francia, por ejemplo, el artículo 222-232 del Código Penal condena el exhibicionismo con penas de cárcel y 15.000 € de multa. Esto da que pensar antes de juguetear en según qué lugares. Por favor, dis-cre-ción. Si quieres ensayar, prueba con hacerlo en todos los lugares de la casa. Ya sabes, por eso de ir poco a poco.
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