Si la mayor parte del tiempo la eyaculación es sinónimo de placer para el hombre, no ocurre lo mismo cuando tiene lugar demasiado pronto para su gusto… y el de su pareja.
¿Qué es la eyaculación precoz?
¿10 segundos? ¿Un minuto? ¿Tres minutos? ¿Antes o durante la penetración? ¿En qué momento se puede hablar de eyaculación precoz? El criterio del tiempo no es suficiente para definir este fenómeno. Es más bien la noción de control o la ausencia de control, la que permite caracterizarlo. Un hombre que no padece este problema puede retrasar la eyaculación para hacer que dure el placer de la relación sexual y hacer que aumente la intensidad del orgasmo.
Cuando la eyaculación se convierte en un reflejo incontrolado e incontrolable hablamos de eyaculación precoz.
Algunos hombres se encuentran confrontados a este problema tras un periodo más o menos largo de sexualidad sin problemas. La eyaculación se denomina entonces “secundaria”. Se denomina “primaria” cuando siempre se ha presentado así durante el acto sexual.
Un problema frecuente y tabú
Aunque no se trate de una la eyaculación precoz, no deja de ser un handicap para el que lo sufre. Un hombre de cada tres se ve confrontado a este problema, y solamente 8% de entre ellos acepta hablar. En cuanto a las mujeres, a menudo prefieren no decir nada y no dialogan con su pareja por miedo a que él se sienta aún peor. Ello puede dar lugar a frustraciones, imcompresión y bloqueo, lo que puede afectar a la pareja. En un tercio de los casos, la eyaculación precoz supone el origen de la ruptura de la pareja. Sin embargo existen causas que provocan la eyaculación precoz y medios de remediarlo
Causas físicas
En algunos casos, las causas pueden ser de orden físico: inflamación de la uretra, dificultad para descubrir el glande (fimosis) o un prepucio demasiado corto, responsable de una estimulación demasiado rápida.
Investigadores holandeses han demostrado que los receptores de la serotonina, situados en el sistema nervioso central, podrían ser menos sensibles en los hombres que sufren.
Los factores psicológicos
Las principales causas parecen ser de orden psicológico y comportamental. Los problemas de eyaculación suelen comenzar en las primeras relaciones, debido al miedo al fracaso.
De forma más general el miedo a decepcionar y la búsqueda del buen resultado, en particular frente a una pareja muy excitada, pueden provocar una pérdida de control. Aunque la preocupación o el cansancio explican en gran parte la eyaculación precoz, las relaciones poco frecuentes, o que provoquen una gran tensión emocional también son factores a tener en cuenta. Por otro lado, los conflictos con la pareja pueden originar dificultades en el control de la eyaculación.
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¿Cómo controlar y acabar con la eyaculación precoz?
- La primera etapa consiste en reanudar el diálogo en la pareja: la mujer juega un papel importante, es ella la que puede ayudar a su pareja a perder el miedo al fracaso.
- Aumentar la frecuencia de las relaciones puede permitir retrasar la eyaculación.
- Siempre dentro de la intimidad, existen dos métodos que ayudan al “control” del hombre: el “parar y volver a empezar” que consiste para el hombre en concentrarse en las sensaciones de forma que puede dar a entender a su pareja cuando parar de moverse… Antes de volver a continuar el movimiento.
- En caso que ningún método de resultado, la solución puede estar en consultar a un sexólogo.