Si os ha dado por ducharos juntos y la cosa se ha puesto calentita, habrás tenido ocasión de comprobar que no todo es tan bonito como lo pintan en las "pelis". El sexo en la ducha tiene bastantes más inconvenientes de los que cabe imaginar, el principal de los cuales, mantener la integridad física. Si no tienes cuidado y tomas las medidas adecuadas, el resbalón es más que probable.
A eso hay que sumar que el agua reduce la lubricación, con lo que además, sientes con menor intensidad. ¿Vaya rollo, no? No te preocupes, que todo tiene solución. De la mano de dos sexólogas, Alba Povedano y Lucía Jiménez, vamos a darte un rápido manual de instrucciones para que, si te apetece, puedas disfrutar de un ratito de pasión bajo el agua sin que te juegues la vida en la experiencia.
Seguridad ante todo
Por muy agradable que resulte el contacto piel con piel cuando estáis enjabonados, es mejor enjuagarse primero, porque los restos de jabón pueden provocar un resbalón que acabe con todo el romanticismo de un plumazo. Además, un tapete antideslizante es imprescindible para que podáis centraros en la faena sin peligro de que nadie se rompa la crisma.
Pero la seguridad no debe limitarse a evitar deslizamientos o caídas, también atañe a las posibles consecuencias a futuro. El preservativo es igual de necesario que si lo hicierais en la cama cuando un embarazo no está en vuestros planes y no utilizas ningún otro método anticonceptivo. No digamos si además no se trata de una pareja estable, sino de una aventura. No estás a salvo de las ETS solo porque haya agua de por medio.
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Encontrar las posturas adecuadas
El otro gran reto es encontrar las posturas adecuadas para que sea cómodo y placentero. En este sentido no hay mucha variedad, ya que la ducha es un espacio reducido y pensado para permanecer de pié. Con él abrazando tu cuerpo desde atrás y tú inclinándote ligeramente para apoyarte se puede crear un ángulo adecuado sin perder de vista la seguridad.
El uso de un taburete de ducha también puede dar juego, tanto para el sexo oral como para la penetración si él estira las piernas y tú te subes agarrada a su cuello o cabalgas dándole la espalda. En todo esto también influye, y bastante, vuestro peso y estatura, por lo que es mejor no intentarlo si veis que os resulta demasiado acrobático o incómodo.
Por último, una opción a considerar tanto en solitario como en pareja, es el uso de juguetes sexuales. Un vibrador resistente al agua puede ser un gran aliado para hacer de éste un lugar de disfrute sexual, ya sea con o sin compañero de juegos. Aunque dos siempre es mejor, ¿Quien dice que no puedes disfrutar del sexo en solitario mientras te duchas?