Te toca cenar en casa de tu churri en Navidades por primera vez . Y la verdad, da un poquito de miedo. Quieres gustar a todos, o al menos, no meter la pata demasiado, porque sabes que van a examinar hasta el menor de tus movimientos para decidir si estás a la altura de lo que su hijo merece. Es una situación que siempre genera algo de ansiedad, lo sabemos, pero nada que no se pueda superar con algo de planificación y mano izquierda.
Aunque adores a tu chico su familia puede ser muy diferente de él y no resultarte especialmente agradable, eso es algo que tienes que saber desde el primer momento. Pero es lo que hay, y si tenéis planes de futuro, cuanto antes aceptes la situación, mucho mejor. Por eso queremos darte algunas claves para que en esa primera Navidad con tu familia política, no termines con un ataque de nervios.
La preparación lo es todo
Necesitas adelantarte a las posibles situaciones que se puedan presentar, y para ello nada mejor que un plan bien definido. Una primera impresión positiva siempre ayuda a suavizar tensiones, así que no llegues con las manos vacías. Lleva unos dulces, un vino o un champán. Algo que demuestre tu interés por agradar.
Si te preocupa que te bombardeen a preguntas, lleva tú la iniciativa. A todo el mundo le gusta hablar de sí mismo así que aprovecha y sé tu quien pregunta por sus gustos, aficiones, planes y proyectos. Eso sí, no seas demasiado curiosa. Hay un límite entre el interés y la falta de discreción. Mantén la conversación en un plano superficial.
Debes tener pensado un plan de contingencia para posibles situaciones de peligro. ¿Que se ponen a hablar de política? Pregunta donde está el aseo y desaparece. ¿Que la conversación se te hace pesada o interminable? Trata de animarte pensando en lo mucho que te vas a reír cuando lo cuentes. ¿Que empiezan a rajar de su hijo y no sabes como reaccionar? Buen momento para echar mano de la ironía y quitar hierro al asunto.
Busca aliados
La mejor forma de salir airosa de esa primera navidad es buscar aliados, y los principales deben ser tu chico y tu suegra. A él tienes que hacerle entender que debe estar ahí, siempre al quite cuando algún tema delicado surja en la conversación, y que no debe dejarte sola bajo ningún concepto. Aunque no esté a tu lado todo el tiempo, no tiene que quitarte el ojo de encima.
Y en cuanto a tu suegra, una amplia sonrisa y los mejores elogios serán las herramientas. Cómete todo lo que te pongan, y si algo no te gusta, al menos haz el intento y luego busca una excusa convincente. Pero por supuesto dí que todo está riquísimo y que tiene una mano excelente para la cocina.
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