El poliamor está de moda. Si navegas por internet o tienes citas en el siglo XXI probablemente ya hayas escuchado esa curiosa palabra. Los poliamorosos (o 'poli', como también se autodenominan los que participan de este modo de vida) son personas capaces de mantener una relación íntima, duradera y sexual con varias personas a la vez, algo cada vez más frecuente y extendido, sobre todo en grandes ciudades. Suena difícil, sí, ¿pero a quién no le gustan los retos? En realidad, no es que estas personas necesiten nuevos retos o se hayan recorrido todas las posturas del kamasutra y necesiten nuevas experiencias... Va mucho más allá.
¿Qué es el poliamor?
Como decíamos, el concepto de poliamor consiste en amar a varias personas a la vez. Pero al contrario de lo que piensan muchas personas acerca de esta forma de vivir las relaciones sentimentales, no se trata de infidelidad. En el poliamor hay pautas consensuadas entre los implicados. Es decir, todos están de acuerdo en que la relación sea así y se sienten cómodos lejos de la monogamia, con la idea de poder ampliar la vida amorosa de una forma respetuosa hacia las otras personas.
La palabra se originó a principios de los años 90, cuando el poliamor comenzó a hacerse popular a nivel global. Las personas que lo practican se denominan poli, poliamorososas o poliamóricas, entre otros. El poliamor trata de personas que simplemente han cambiado su percepción de las relaciones amorosas y las viven de forma diferente a la tradicional. ¿Es mejor? ¿Es peor? ¿Es una evolución de las relaciones convencionales? No, simplemente es diferente.
Llámalo anarquía relacional
El poliamor puede tener muchas vertientes. Tal vez la más conocida es la poligamia (el matrimonio con varias personas), pero a lo que se hace referencia cuando se habla hoy en día de ello es a otro tipo de relaciones, sobre todo a la polifidelidad (mantener relaciones con varias parejas en las que no se practica sexo más allá de esas personas) o a las relaciones jerárquicas (donde hay una pareja principal y otras secundarias). Al final, es inevitable que en esta forma de entender el amor se dé ese último caso, ya que nunca se quiere por igual a dos personas.
"Ahora tengo una pareja principal, un chico, pero tengo una relación ocasionalmente íntima con dos chicas", dice Alicia, una joven madrileña de 28 años que ha descubierto recientemente lo que el poliamor puede aportar a su vida. "Lo llamo poliamor para que se pueda entender y situar, pero prefiero el concepto 'anarquía relacional'. Es una forma de tener el tipo de relación que tú consideres sin necesidad de llamarle pareja o amigo. Quedamos, nos relacionamos, nos tenemos cariño, podemos hablar de mil cosas, pero tenemos la posibilidad de tener algo más intimo".
Tampoco hay que confundir "anarquía" con ausencia de reglas, sino tal vez con la ausencia de normas que rijan las relaciones poliamorosas. Es decir, cada uno aquí establece sus propias reglas. Es un consenso entre al menos dos personas donde rige la ética y se establecen límites. "Es fundamental la comunicación", cuenta Alicia. "Hablar, hablar y hablar todo, y tener mucha empatía con las otras personas. Tal vez mi relación principal se ponga celoso cuando conozca a alguien y con eso tienes que contar. O igual si yo veo que otra relación suya me afecta de forma negativa, me siento desplazada o tengo algún miedo, es cuestión de hablarlo y que el otro sea consciente de lo que ocurre".
Y es que hablar de sentimientos parece paradógico cuando la mayoría de personas que ven desde fuera este tipo de relaciones piensan que es un modo de poder practicar sexo a destajo. "No se trata coleccionar amantes, sino de conocer personas cuando surja o apetezca. Si conozco a alguien bienvenido sea, pero no busco tener muchas relaciones a la vez ni cuantas más mejor. Y muy importante: hablamos aquí de relaciones, no de sexo", explica Alicia. O lo que es lo mismo, se trata de conectar con otras personas, de querer o amar y no tanto de desear.
Una forma distinta de ver las relaciones: ventajas del poliamor
Sabemos la teoría sobre lo que es: una relación principal y la posibilidad de tener varias secundarias. Pero, ¿cómo se lleva a la práctica? Hay diferentes colectivos de poliamor en el mundo. En Madrid, concretamente, se organizan quedadas de forma habitual para conocer gente con curiosidad o con los mismos intereses. Hay gente de todo tipo, homosexuales, heterosexuales, curiosos... Y cada uno elige sus intereses, pero siempre cumpliendo unas normas básicas de respeto y aceptación.
Y, si vamos más allá, al núcleo de una relación poliamorosa, ¿cómo se gestiona tanta honestidad? ¿Qué diferencias hay con las relaciones convencionales? "La diferencia principal es que me siento libre porque hablo de todo y no tengo miedo a decir nada. Yo le planteo cosas ahora a mis parejas que antes no hacía, porque la confianza es total, mucho más que en mis anteriores relaciones monógamas", reconoce. "También aprendo cuáles son y cuáles no son mis límites y conozco a las personas de una manera diferente. Y en el plano íntimo, obviamente, es muy enriquecedor".
"¿Volver a una relación monógama? Es posible, no lo descarto, pero también pienso que podría perderme conocer a otra gente maravillosa mientras tanto", apunta. "Ahora me siento súper querida y siento que el amor no es limitado. El hecho de saber que tienes gente que te quiere y a la que quieres, más allá de tus amigos, es increíble. Es como tener pareja multiplicado por tres". Vamos, que para muchas personas las clásicas historias de amor han quedado desfasadas...
Es decir, en general, las personas poliamorosas consideran que la monogamia es una opción tan válida como el poliamor, pero no lo practican porque no satisface sus necesidades afectivas y/o sexuales. Muchas personas llegan al poliamor tras romper una relación o varias relaciones monógamas que no funcionaban porque sentían la necesidad de estar con más personas. O incluso, a partir de una pareja monógama estable que decide probar que la relación sea abierta al darse cuenta de que sienten de forma natural amor, afecto o atracción sexual hacia otras personas sin dejar de sentirlo por su pareja.
¿Existen reglas en las relaciones poliamorosas?
Es común pensar que las personas poliamorosas viven sus relaciones de pareja sin ningún tipo de norma, pero no suele ser así. Es habitual que existan acuerdos con las diferentes parejas que permitan saber a cada uno qué puede esperar de la relación en concreto y qué tipo de comportamientos (de afecto, sexuales...) son aceptables en ella. En base a esto, las reglas pueden ser muy variadas, porque depende de lo que busque cada persona poli en cada relación. Además, normalmente suelen ser flexibles y pueden revisarse según la evolución que tenga la pareja. No obstante, algunas de las normas más frecuentes suelen estar relacionadas con la sinceridad y la confianza. La mentira no debería tener cabida en este tipo de relaciones, pues buscan precisamente huir de las restricciones presentes en la monogamía. Las personas poli buscan compartir su amor y/o deseo sexual con otras personas sin la necesidad de ser infiel u ocultar esta realidad a su pareja.
¿Cómo se vive el sexo en el poliamor?
El concepto de poliamor gira más en torno al amor, que al sexo, como bien indica su nombre. De esta forma, aunque normalmente lo sexual está implícito, no lo es en todos los casos. Una muestra clara de ello son las personas asexuales, que también puede ser poliamorosas. Siendo así no se buscan parejas sexuales, sino la intimidad y el afecto.
En aquellas personas poliamorosas en las que sí que existe el aspecto sexual, la confianza es primordial. Hay que tener en cuenta que la práctica de sexo con varias personas puede conllevar ciertos riesgos, por lo que hacerlo de forma segura es imprescindible para que los integrantes se sientan cómodos y protegidos. De esta forma, lo más adecuado es que las personas poli lleguen a un acuerdo en este sentido con sus parejas sexuales: desde los métodos de protección hasta las revisiones médicas pertinentes.
Una experiencia no apta para todo el mundo: desventajas del poliamor
Pero, como en todo, al igual que hay ventajas como sentirse más libre, conocer a muchas personas que te puedan aportar diferentes cosas en diferentes momentos de tu vida o, por qué no, disfrutar más del sexo, llevar este tipo de vida también tiene su cruz. "La primera desventaja es que la sociedad te juzga, que parezca que esté mal que yo quiera a varias personas o que te tachen de promiscua", reflexiona Alicia.
"Por otro lado, en el plano personal, gestionar los celos no es nada fácil. De hecho este tipo de relaciones no es para todo el mundo, sobre todo para personas muy celosas o con mucha inseguridad", explica. "Y otra desventaja: ¡a veces no tienes tiempo para nada!". Por último, tampoco hay que olvidarse de que no por el hecho de ser poliamoroso no exista la infidelidad: si te miente o te engaña sin decírtelo sigue existiendo esa deslealtad.
Si quieres experimentar cosas nuevas en tus relaciones pero esto del poliamor no te convence, no te ves preparada o, simplemente, no te llama la atención. Hay muchas formas de experimentar con tu pareja o contigo misma. ¿Por qué no pruebas con alguno de estos juguetes?
Y es que tal vez sea difícil de entender este tipo de parejas pero, en cualquier caso, ¿quién es nadie para criticar que otros sean felices en sus relaciones de una forma diferente a la convencional? "Ahora mismo soy feliz, si algún día dejo de serlo, dejaré de mantener varias relaciones", concluye Alicia. ¿Y no es la felicidad lo que buscamos todos?
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