Hoy en día tenemos más opciones que nunca para conocer gente. Hay infinidad de apps de citas que nos permiten iniciar un acercamiento con personas que nos atraigan, y sin embargo la soltería parece un fenómeno en aumento. ¿A qué se debe que las generaciones actuales no se comprometan en una relación?
Como primera explicación podríamos pensar que los factores socioeconómicos no lo favorecen, pero la psicóloga Silvia Llop, especialista en temas afectivos, tiene una hipótesis bien distinta. No se trata de que no se den las condiciones adecuadas, sino de que nuestra mentalidad respecto a la pareja ha cambiado, y ahora somos más exigentes.
Ya no se lleva sacrificarse
Según su opinión, las parejas de antes se pasaban la vida sacrificándose y luchando para mantener viva una relación. Y esto era así por un motivo claro. Cuando decidieron iniciarla no eran lo bastante maduras como para tener un criterio acertado a la hora de escoger pareja. Algo que es bastante lógico si consideramos que muchas parejas se formaban en la adolescencia o primeros años de juventud.
Pero Silvia Llop cree que si mantener una relación exige toda una vida de sacrificios es porque esa relación no fluye de forma natural. O explicado de un modo distinto, que la decisión de formar pareja con esa persona fue errónea desde un inicio, y que por eso hay que estar haciendo “reparaciones” de forma continua. Por ello, propone una nueva fórmula que probablemente haga que las cosas funcionen mejor en el futuro para quienes todavía no han elegido con quien compartir su vida. ¡Sigue leyendo para descubrirla!
La importancia de marcarse unos estándares que se adapten a ti
Llop parte de una premisa clara: estar sin pareja no es ningún drama. Por eso no tienes que precipitarte ni estar dándole vueltas a la idea de que “se te va a pasar el arroz”. Tú eres suficiente como persona y no necesitas a nadie para completarte. Otra cosa es que quieras tener a alguien con quien compartir tu vida, pero en ese caso necesitas elegir con algo más que el corazón.
Lo que propone es, básicamente, marcarte unos estándares que te garanticen en un porcentaje razonable el éxito de tu relación sin que para lograrlo tengas que estar toda la vida haciendo sacrificios. Es decir, en lugar de perder la cabeza por alguien sin valorar hasta qué punto sois compatibles, hacer un listado de las cualidades que buscas en tu pareja e involucrarte en una relación únicamente con personas que encajen en ese perfil.
No se trata de escribir una carta a los Reyes Magos para que te traigan un príncipe azul, sino más bien de no lanzarte a una historia sentimental sin valorar las implicaciones futuras que puede tener el elegir de forma precipitada. ¿Corazón? Sí. Pero también cabeza.
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