Sí, no eres la única mujer que se ha detenido a observar esos pequeños detalles en los que ellos ni siquiera ponen intención. Además de valorar sus labios, sus ojos, sus manos... También nos gustan los detalles de su personalidad, como la forma en la que frunce el ceño, su total entrega a ver un partido de fútbol con sus amigos o que te abra la puerta del coche antes de que entres. Hoy recopilamos algunos de esos hábitos masculinos que nos encantan, pero shhhh guarda el secreto, no hay nada peor que un hombre que sabe demasiado del universo femenino.
1. La camisa remangada
No hace falta que te expliquemos el concepto ¿cierto? Cuando un hombre tiene calor o entra faena, de normal hace un sencillo gesto que desconoce cuán irresistible resulta: se remanga la camisa. No existe una explicación científica ante el éxito que supone ver el antebrazo masculino, pero querida, lo tiene. Algo de vello, unas marcadas venas, puede que un tatuaje... ¿Quién sabe cuáles son los secretos que esconde él bajo la camisa?
Si a este concepto estilístico de la camisa remangada le sumamos una pose de manos sobre las caderas, mientras probablemente piensa como solucionar el mundo, es imposible que sus puntos de atractivo suban y suban.
2. El brazo en el volante
Un hombre conduciendo es una mezcla ya de por sí sexy, pero vamos a centrarnos en una de esas manías masculinas que hacen que en más de una ocasión cuando vas de copiloto con tu chico, pierdas el hilo de la conversación y te quedes mirándole y encontrándole de lo más seductor. Él seguramente pensará ¿Y a ésta qué le pasa? Pobre ingenuo...
Cuando un hombre pone sus manos sobre el volante, sólo existen dos formas de colocar sus brazos:
1. Con total desgana.
2. Dejando uno de sus brazos por encima del volante. En tensión. Marcando su (puede que) perfecta anatomía. Esa mezcla de dominio a la hora de conducir y el halo de seguridad que nos ofrece este sencillo gesto hacen que no pueda faltar en la lista.
Mirada espejo retrovisor. Por supuesto la mirada al espejo retrovisor con el gesto serio... ¡Es otro plus!
3. La toalla en la cadera
Es por la mañana y tras una dicha rápida y las furtivas miradas al reloj, él se afeita concienzudamente y sin perder ni un detalle de su reflejo en el espejo. Lo único que lleva, una toalla. Algo tan sencillo y cotidiano como una toalla enrollada alrededor de su cadera es uno de esos momentos que adoramos y ante los que no podemos evitar mirar embelesadas.
4. Pose de tipo duro
Aunque todos los hombres intentan guardar esa apariencia de duros, la realidad es que en muchas ocasiones, cuando no hay nadie alrededor, se relajan y pierden toda esa pose. Sin embargo, dentro de sus momentos de concentración, de aburrimiento o de relajación, no pueden evitar poner esa cara interesante y tan de tipo duro que nos encanta. Un ejemplo, cuando está esperándote a la salida de una tienda, cuando echa gasolina. Una concentración-mente en blanco que nos encanta.
5. Oda al traje
Para que negarlo, no hay prenda tan atractiva como un traje. Eso sí, quedan excluidos los trajes de colores extravagantes nivel Messi en el Balón de oro o Jim Carrey en La máscara y, por supuesto aquellos trajes que quedan grandes o pequeños a quien los lleva.
Aunque no seas muy fan de por ejemplo Tom Hardy o Michael Fassbender, el día que los astros se alinean (van a una entrega de premios) y se ponen un traje, su atractivo alcanza cuotas elevadísimas. Este efecto se produce en todos los especímenes masculinos, desde un caballero con el que chocas en el metro, hasta el hermano de tu mejor amiga. El traje es mágico y por eso lo alabamos.
6. Las manos grandes
Puede que en este tema haya detractoras que no compartan nuestro punto de vista, pero el tamaño de las manos está relacionado con sensación de protección y seguridad. No hay nada como perder tu mano en una mano más grande y a poder ser, cálida. Además, observar las manos de una persona te puede dar muchos detalles de cómo es, si es cuidadoso, delicado, le presta atención a los detalles, es limpio...
7. El movimiento suricato
Hemos decidido bautizar así a ese gesto que suelen hacer los hombres cuando otro hombre entra a escena y se sienten amenazados por él, ya sea porque es más alto, más fuerte, más exitosos o porque simple y llanamente te ha llamado la atención a ti y sin darse cuenta su reacción es la de erguirse exactamente igual que lo hace el suricato (por si no sabes qué animal es, te diremos que era Timón en El rey león)
Su respuesta ante una amenaza es la de desplegar todos sus encantos de forma inconsciente: sacar pecho, levantar la cabeza, abrir los ojos... Sí, nos encanta que saque ese instinto animal y marquen su terreno aunque sea de una forma tan poco agresiva como la de un suricato.
8. Bostezo del oso
Vale, vale, a lo mejor el bostezo de un oso no es muy sexy, sin embargo cuando tu chico ya no puede más y comienza a entornar los ojos, el medidor de irresistibilidad vuelve a ponerse al rojo vivo. Cuando comienza a bostezar de esa forma tan tierna... Este proceso se repite a la mañana siguiente cuando nada más despertarse lo primero que hace es estirarse y emitir unos encantadores soniditos... Somos muy fans de este momento de ternura masculina.
9. Que llore
No nos referimos a un arranque lacrimógeno en el que lo único que puedes hacer es consolarle sino a una furtiva lagrimilla cuando su mejor amigo se casa, su perro se pone malo o su equipo pierde la Champions... No es crueldad, es simplemente que en ese momento en el que no puede ocultar sus sentimientos, cuando su fachada de quiebra en cuestión de segundos, vuelve a resultar de lo más seductor.
No eres una mala novia por pensar en lo guapo que es cuando se encuentra al borde de las lágrimas, lo que ocurre es que al ser algo tan poco común y descubrir esa vulnerabilidad, irremediablemente tu subconsciente lo interpreta generando una respuesta amorosa, concretamente haciendo que le veas aún más guapo.
10. Las gafas de sol
No nos habíamos olvidado de uno de los accesorios más importantes dentro del armario de un hombre sexy: las gafas de sol. Repetimos el concepto de los trajes, no vale cualquier tipo de gafas, sin embargo, como para gustos los colores, te vamos a dejar que elijas cuáles son las que más te gustan en un chico y nos vamos a centrar en el efecto que logran.
El no conocer la expresión de sus ojos es de lo más excitante, por ello suele ocurrir que cuando cualquier hombre a tu alrededor se pone unas gafas de sol, comienzas a verle de otra forma. Nada como un gesto serio, sin precisar hacia que dirección dirige su mirada, para que su sex-appeal aumente considerablemente.
Seguro que se nos ha pasado más de un detalle, así que no dudes en decirnos qué aspecto secreto adoras en un hombre. Y por si alguno de estos se te había pasado, comienza a prestarle atención a cualquier hombre que te cruces y saca tus propias teorías.
LETTER
Y además:
¿Qué quieren las mujeres? 22 cosas que los hombres deben saber de nosotras
¿Qué quieren los hombres? Las 30 cosas que los chicos desearían que las mujeres supieran