Nadie dijo que casarse fuera sencillo. Sueños, expectativas y muchas ilusiones entran en juego en uno de los días más importantes de la vida de la pareja protagonista. Por desgracia estas no siempre tienden a corresponderse con la realidad y hay bodas de ensueño que acaban en pesadilla pero también bodas que, desde el principio, parecían la crónica de una muerte anunciada.
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A los mil detalles y necesidades de un evento, generalmente demasiado grande, y del que suelen que encargarse los novios, se unen también los contratiempos de última hora con menús, localizaciones, transportes,… pero por encima de todo, los imprevistos de última con los invitados.
Estos últimos, impredecibles y de comportamiento totalmente imprevisible, pueden llevar al traste la mejor de las organizaciones y convertir un día tan especial en un bochorno constante –aún más con el paso de las horas y el incremento de alcohol en sangre- imposible de remediar por el mejor organizador de bodas, ¡ni si quiera MacGyver en su mejor momento podría evitarlo!
Cuando se masca la tragedia y se desata la catástrofe, ya sea en forma de borrachera, de caídas o de escenas desagradables, muy desagradables, lo mejor –salvo que seas uno de los novios- es una retirada a tiempo.
Esta galería de imágenes muestra solo algunas de las peores situaciones –existen tantas como nuestra mente sea capaz de imaginar- que pueden darse durante una celebración nupcial. No es cuestión de asustar a nadie, solo de alertar. Toda precaución puede ser poca cuando tu primo, el del pueblo que nunca ves, llega desatado y con muchas, pero que muchas ganas, de hacer ese día “memorable”. Mejor prevenir que cuidar.
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