La gélida noche de la capital se vistió anoche de gala para dar la bienvenida a unos nuevos premios cinematográficos: Los Feroz. Debe ser que Los Goya, Los Forqué, Los de la Unión de Actores, Los Fotogramas y un largo etcetéra, no eran suficiente. Por ello, la recién estrenada Asociación de Informadores de Cine, quiso dar su pistoletazo de salida con una gala en la que Stockholm, película del director Rodrigo Sorogoyen, fue la gran vencedora al ganar la estatuilla a mejor película dramática. 3 bodas de más y Vivir es fácil con los ojos cerrados fueron otras de las vencedoras.
Aunque para vencedoras, las actrices que posaron y desfilaron durante más de veinte minutos por la extensa alfombra roja. Aura Garrido, María León, Blanca Suárez, Inma Cuesta y otras muchas tuvieron que lucir palmito a pocos grados de temperatura. Los hombres hicieron lo suyo, pero reconozcamos que con el traje todo es más fácil.
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Heladas o no, las nominadas a mejor actriz protagonista, Aura Garrido e Inma Cuesta, vencieron a la superstición luciendo dos increíbles trajes de Nina Ricci y Dolores Promesas respectivamente. María León se convirtió en una de las más elegantes con un ajustado vestido de Pucci con cola de sirena y escote en la espalda. Su mejor accesorio fue una vez su sencillez y su simpatía. Y es que, parece que la pequeña de la familia León, está de nuevo enamorada. De hecho, insinuó que en la alfombra roja de los Goya podría desfilar cogida de su brazo y es que ¡hasta la familia León ya le conoce!
Blanca Suárez, que ya está grabando nueva película, volvió a dejar a todos con la boca abierta con su Roberto Diz de manga larga y aplicaciones strass en hombro y cintura. Belén Rueda, con un Caprile en color gris perla y Carolina Bang con su Max Mara en rojo pasión fueron otras de las triunfadoras.
Entre ellos, Hugo Silva, Antonio de la Torre, Javier Cámara o Raúl Arévalo pusieron el toque masculino a la gala. El director Pedro Almodóvar también se pasó por allí, pero una vez más demostró su desprecio por la prensa española al evitar las preguntas de los periodistas que allí se agolpaban. En fin, siempre ha habido clases y clases.