Es ejemplo del sueño americano. Penélope Cruz ha conseguido lo que toda actriz podría soñar: ganar un Óscar y convertirse en una de las actrices más influyentes de Hollywood. Después de ganar la estatuilla en 2008 gracias a su papel en “Vicky, Cristina, Barcelona”, ahora puede decir que la edición estadounidense de Elle la ha nombrado una de las mujeres más influyentes de Hollywood por contribuir a la industria del cine a lo largo de 2013.
Junto a Reese Witherspoon, Marion Cotillard, Melissa McCarthy, Naomi Harris y Chaliene Woodley, la española, que protagonizó el año pasado la película Desde Roma Con Amor y que presenta ahora junto a su marido Javier Bardem la película The Counselor, ha querido quitarse la etiqueta de estrella: “En mi país eres un actor, no una estrella”, sentenciaba.
La actriz, también confiesa sus consejos para quienes quieran seguir sus pasos: “Creo que uno de los mejores consejos que me dieron al inicio de mi carrera fue que aprendiera a decir que no, que no me vinculara a una película a menos que pudiera asegurarme de dar el máximo de mí misma. Rodar una película no es un trabajo fácil, ya que requiere mucho tiempo y también una gran implicación personal y emocional durante todo el proceso. Dar vida a un personaje no es algo rutinario y que necesite de un esfuerzo mental mínimo, no es como pulsar un botón y ya está", reveló la intérprete madrileña
Esa es precisamente una de las razones por las que la estrella española ha reducido sus apariciones en la gran pantalla y solo se ha concentrado en aquellos proyectos que de verdad le apasionan y con los que se siente identificada. Sin embargo, su carácter selectivo y la minuciosidad con la que prepara sus personajes solo son razones secundarias en comparación con la prioridad absoluta que concede a su vida familiar, el verdadero motivo por el que Penélope Cruz lleva varios años dejándose ver con cuentagotas en la meca del cine.
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