Llevaba ocho años entre la vida y la muerte. Sus hijos, Omri y Guilad, siempre confiaron en la recuperación del hombre que gobernó Israel entre 2001 y 2006, pero el pasado jueves los médicos del Hospital Tel Hashomer les llamaron para que se despidiesen de él. Poco se podía hacer ya por Ariel Sharon.
Operado hace un mes de un fallo renal, el dirigente y comandante fallecía finalmente este sábado debido a una insuficiencia renal que ha acabado por colapsar el resto de sistemas vitales. Tenía 85 años y siempre fue un líder. Polémico como pocos, será enterrado en una pequeña colina de la granja Shikmim, al sur de Israel, donde también descansa en paz su mujer Lily.
Desde que en 2006 sufriese un masivo derrame cerebral, Arik (como le llamaban) se mantenía en coma y su país en una gran tristeza. Su desaparición accidental del mundo de la política provocó un trauma nacional que hoy, con su muerte, vuelve a revivirse.
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Tuvo destacada participación en la Guerra del Sinaí, la Guerra de los Seis Días, la Guerra del Desgaste y la Guerra de Yom Kippur. Como primer ministro, la decisión política más destacada de su gobierno fue la retirada unilateral de la Franja de Gaza. Durante su carrera militar, fue considerado el mejor comandante de campo en la historia de Israel, y uno de sus más grandes estrategas militares.