Inma Cuesta es una de esas actrices que nunca ha escondido su verdadera figura y por ello enloqueció al ver que su portada para el dominical del diario El Periódico, había sido retocada con Photoshop. En ella no solo mejoraron la iluminación de la fotografía, algo totalmente lógico, sino que afinaron su silueta, alargaron su cuello y borraron por completo su expresión. Ella misma fue la encargada de denunciarlo en sus redes sociales, pues fue la primera en no estar de acuerdo con esa decisión, pero Inma no es la única celeb que ha visto cómo su cuerpo cambiaba del día a la noche gracias al programa informático.
Mientras a Inma Cuesta le molesta que diferentes publicaciones retoquen su figura para que cumpla con el prototipo de físico 10, hay quienes hacen de la postproducción su mejor aliado. Es el caso de Mariah Carey, que es una de las habituales reinas del Photoshop. La cantante americana no ha dudado en retocar su imagen para la portadas de sus discos. Con #1 To Infinity Mariah logró convertirse en trending topic mundial debido a su distorsionada imagen. Si tienes en mente el voluptuoso cuerpo de la diva, divídelo entre dos y fusiónalo con el cuerpo de un ángel de Victoria's Secret: ésa es la portada del álbum.
Es cierto que no es la primera vez que `Mimi´ nos sorprende con sus “pequeños retoques”. Su último y más sonado “alicatado” tuvo lugar a mediados de la década pasada con el lanzamiento de The Emancipation of Mim, un disco que coronó las listas de éxitos de decenas de países y en cuya portada podía observarse el imponente pero también ficticio cuerpo de la cantante.
Pero Mariah no es ninguna excepción y, aunque es cierto que lleva el uso del programa de retoque fotográfico a cotas difícilmente alcanzables, no es la única que se somete de forma habitual a los dictados de los bits y convierte su imagen digital en una imagen soñada pero difícilmente creíble. Grandes nombres de celebridades como Madonna, Lady Gaga, Katy Perry, Harry Styles, Penélope Cruz o George Clooney han pasado por el corrector más conocido del mundo con resultados muy diversos y no necesariamente buenos.
Parece que a todos ellos les resulta complicado discernir entre el punto de equilibrio de un pequeño retoque de tono o iluminación y la transformación total de una imagen que, tras ser profundamente editada, nada tiene que ver con cómo era cuando se tomó. Las celebridades son humanas y estas imágenes demuestran que no son perfectas.
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