Muchos niños se enamoraron de Lindsay Lohan. Cuando protagonizó por partida doble Tú a Londres y yo a California, la industria cinematográfica se dio cuenta de que habían encontrado un diamante que pulir y del que sacar mucho jugo. Sin embargo, hasta los mejores diamantes se terminan desgastando.
La industria supo ver que Lindsay Lohan era sinónimo de éxito y de una buena recaudación en taquilla. Dinero y más dinero. Sin embargo, no se dieron cuenta de que estaban trabajando con una niña adolescente que estaba cumpliendo sus sueños de actriz y que tenía acceso inmediato a una vida muy peligrosa.
Parecía que Lindsay Lohan reconducía su vida cuando protagonizó Chicas malas en la gran pantalla. Película de culto para muchos, la actriz supo reconquistar a su público perdido. Pero, de pronto, toda su carrera comenzó a ir cuesta abajo y sin frenos.
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La vida de Lohan comenzó a ser un no parar de titulares negativos. Se la conocía como una de las actrices más problemáticas del sector, lo que provocó que no muchos productores o directores quisiesen trabajar con ella. Lohan había perdido su estrella.
De la noche a la mañana, y sin que muchos se diesen cuenta, Lindsay había crecido. Y de ser una joven promesa del mundo de la interpretación se había transformado en toda una mujer problemática que lo único que tenía era problemas con la justicia.
Esta misma semana, la joven se volvía a poner en el punto de mira. No tuvo ningún reparo en acusar a su novio de maltrato. Ya que la fama le precede, fueron pocos los que la creyeron en un principio. Sin embargo, ha salido a la luz un vídeo de un forcejeo que ha hecho ganar algunos puntos a Lohan en esta historia.
Si bien todavía queda por confirmar si lo que cuenta es cierto o no, la verdad es que Lohan ha pasado de ser una gran actriz con dotes para arrasar entre el público y la crítica a una joven que sólo protagoniza portadas y titulares cuando tiene algún problema personal. Un juguete roto más de ese gigante llamado Hollywood.
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