Las fiestas nocturnas de la Princesa de Asturias se han convertido, en los últimos meses, en titulares de numerosos medios del corazón. Por ello, y harta de que su vida diaria sea comentada y juzgada, doña Letizia ha decidido que las nuevas tecnologías se conviertan en sus grandes aliadas. Para ello, y según publica Vanitatis, la Princesa habría utilizado inhibidores de frecuencia para que las cámaras de los establecimientos no grabasen su presencia.
Una conclusión a la que llegan después de hablar con el propietario del bar de copas oventese Enboga, quién confirma que el pasado viernes se llevó una gran sorpresa cuando fue a comprobar las grabaciones de la visita de la Princesa a su establecimiento y comprobó que, casualmente, las cámaras dejaron de emitir cuando ella llegó y volvieron a la normalidad justo cuando abandonó el lugar. ”Video Failed” era lo único que aparecía en pantalla durante el tiempo que la princesa Letizia estuvo en el local en compañía de varios amigos y antiguos compañeros de pupitre de La gesta, donde la Princesa cursó hasta octavo de EGB, además de sus dos guardaespaldas.
Este misterio, sigue la información, “sólo puede ser explicado por la utilización de sistemas de inhibición de frecuencia que interfieren en la señal. Unos dispositivos que pueden encontrarse en el mercado desde los 300 hasta los 25.000 euros, dependiendo de la precisión con la que se desea actuar. Eso sí, su utilización está restringida exclusivamente para miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y cuya finalidad sea evitar acciones terroristas o eludir la acción de los espías”.
Sin embargo, parece que no es la primera vez que la Familia Real opta por utilizar este tipo de tecnología para evitar posibles filtraciones a la prensa.Y según ha informado el periodista Raoul Higuera, el duque de Palma ya habría utilizado los inhibidores de frecuencia durante sus sesiones ante el juez Castro con el fin de eludir cualquier tipo de escucha o filtración.
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