A pesar de que hace unas semanas nos enterábamos de que Rihanna había contratado a una asistenta para que le llevase Instagram y le aconsejase qué debía subir y qué no, parece que ni eso ha hecho efecto y las críticas siguen lloviendo a la de Barbados.
Si hace unas semanas la cantante revolucionaba de nuevo las redes debido al alto contenido sexual que desprende su último videoclip Pour it up, ahora parece que el motivo es justo el contrario. Adentrándose perfectamente en la cultura musulmana, la cantante optó por adoptar la vestimenta femenina islámica y posar en la mezquita Sheikh Zayed, la tercera más grande del mundo, de lo más sensual. Más que por su vestimenta, la provocación viene dada por algunas de sus posturas que no parecen haber gustado a muchos de sus seguidores, quienes han creído que eran unas posturas ofensivas y que mostraban poco respeto por el lugar sagrado.
Sin embargo, tanto los fotógrafos Steven Gomillion y Dennis Leupold como la propia Rihanna, parecen encantados con el resultado final y ya de paso, con que el nombre de la cantante siga estando en boca de todos. "Que hablen mal de uno es espantoso. Pero hay algo pero: que no hablen", dijo Óscar Wilde. Una frase que la cantante parece llevar a rajatabla.
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