Las redes sociales se han hecho eco del contundente mensaje que la actriz Hannah Waddingham, conocida por sus papeles en "Juego de Tronos" y "Ted Lasso", le dirigió a un fotógrafo en la alfombra roja de los Premios Olivier celebrados en Londres el pasado domingo. Un simple pero poderoso "¡No le dirías eso a un hombre, amigo!" ha convertido a la actriz en un icono del empoderamiento femenino y ha reavivado el debate sobre el sexismo en la industria del entretenimiento.
Waddingham, de 49 años, posaba para las fotos con su deslumbrante vestido de Marchesa cuando, según relata, un fotógrafole pidió que "enseñara pierna". La actriz, lejos de cohibirse o pasar por alto el comentario, respondió con firmeza: "¡Oh, Dios mío! Nunca le dirías eso a un hombre, amigo", le espetó la actriz. "No seas idiota", añadió, dejando claro que no toleraría ese tipo de peticiones sexistas.
Las palabras de Waddingham no tardaron en viralizarse en las redes sociales, donde miles de personas aplaudieron su actitud y compartieron el video como muestra del sexismo cotidiano que enfrentan las mujeres. La actriz se convirtió en un símbolo de la lucha contra la cosificación y la objetivación del cuerpo femenino, demostrando que no hay por qué tolerar este tipo de comentarios inapropiados.
"¡Más Hannahs Waddinghams en el mundo!", "¡Un aplauso para ella!" o "¡Qué gran ejemplo para las jóvenes!" son algunos de los comentarios que se pueden leer en las redes.
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Más allá de su papel en "Ted Lasso", Hannah Waddingham ha demostrado ser una actriz con voz propia y comprometida con la lucha por la igualdad. Su gesto en la alfombra roja de los Premios Olivier es un ejemplo más de su valentía y de su compromiso con las mujeres.
Este episodio no es el único en el que la actriz ha demostrado su carácter. Hace un mes, también acaparó titulares por asistir a los Premios SAG con un bolso de cartón hecho por su hija de nueve años. Un gesto sencillo, pero que reflejaba su autenticidad y cercanía.
El mensaje de Waddingham es claro: las mujeres no somos objetos para la mirada masculina. Tenemos derecho a ser valoradas por nuestra inteligencia, nuestro talento y nuestra personalidad, no por nuestro físico.
¡Bravo, Hannah!