Doña Cayetana ha dado su último respiro. La Duquesa de Alba ha fallecido este jueves después de varios días en los que su salud había flaqueado. La aristócrata ingresó este fin de semana tras un empeoramiento de su salud. Aunque parecía que Cayetana mejoraba con el paso de las horas, el parte médico de este lunes señalaba una extrema gravedad del asunto. Fue en ese momento cuando la aristócrata fue conducida al Palacio de Dueñas por decisión propia, donde se han agolpado una gran cantidad de medios estos días.
Ha sido el propio alcalde de Sevilla el que ha confirmado la noticia a través de un tuit: "Doña Cayetana siempre llevó a Sevilla en el corazón y por eso permanecerá para siempre en el corazón de Sevilla. Descanse en paz". Según confirma su círculo más cercano, el Palacio de Dueñas acogerá una pequeña capilla para los familiares más cercanos para más tarde trasladar a la duquesa a un espacio más grande y así recibir a sus vecinos sevillanos. El lugar elegido ha sido el Ayuntamiento de Sevilla.
La segunda mujer más rica de España
El patrimonio total de la Duquesa de Alba siempre ha sido un misterio. Sin embargo, la revista Forbes se aventuró a colocar a la aristócrata como la segunda mujer más rica de España, en el noveno puesto del top 10 de españoles, con 2.800 millones de euros.
En julio de 2011, la duquesa adelantó el reparto de su herencia personal, valorada en 1.000 millones de euros, entre sus seis hijos. Por medio de una donación escriturada ante un notario de Madrid, sus hijos recibieron 110 millones de euros cada uno y pasaron a ser los titulares de sus bienes. Carlos, como primogénito y futuro duque de Alba, recibió el enorme legado artístico atado a la Fundación Casa de Alba, valorado en más de 2.000 millones de euros, y los palacios de Liria, Monterrey y Dueñas, aunque éste último está a nombre de su primogénito, Fernando, como futuro heredero de la casa. Hay que precisar que las citadas casas y colecciones, de acuerdo a la legislación sobre fundaciones, no pueden venderse y han de mantenerse unidas. A pesar del reparto, Cayetana ha seguido gerenciando y administrando el patrimonio de los Alba, como usufructuaria del mismo.
La vida de una mujer histórica
Huérfana de madre con tan sólo 19 años, la Duquesa de Alba (1926-Palacio de Liria) sufrió la tuberculosis de su progenitora desde la distancia al ser alejada de ella para evitar un posible contagio. Tras este duro momento llegó el exilio y los viajes por el mundo de la mano de su padre, Jacobo Fitz James Stuart.
Con su muerte en 1953, Cayetana heredaba el ducado de Alba y se convertía en la tercera mujer en heredar por derecho propio este título. Tras éste, muchos otros le harían convertirse en la mujer del mundo con más títulos nobiliarios. Sin embargo, ella siempre reiteró que la verdadera aristocracia reposaba en la cultura y no en el dinero.
Mujer de carácter, reinterpretó la nobleza y la aristocracia con su forma de ver la vida. Apasionada del flamenco, los toros y la moda, la Duquesa se convirtió en una personaje social que apasionaba a propios y extraños debido a su aplastante personalidad y su carisma.
El amor, el gran protagonista en la vida de Doña Cayetana
Si algo ha vivido la Duquesa de Alba con pasión y sin importarle el qué dirán, es su vida personal. El hombre más importante de su vida, tal vez porque junto a él tuvo a sus seis hijos, fue su primer marido. El 12 de octubre de 1947 Cayetana contraía matrimonio con Luis Martínez de Irujo y Artacoz. Junto a él pasó 25 años de estabilidad emocional que finalizaron en 1972, tras luchar contra una leucemia.
Seis años después, La Duquesa volvía a enamorarse de un ex sacerdote al que daba el sí, quiero en marzo de 1978. Junto a él no tuvo descendencia, pero Jesús Aguirre se convirtió en el perfecto aristócrata. Cuidó de las propiedades de la Casa de Alba y de la propia Duquesa hasta el último día de su vida. En mayo de 2001 y tras 23 años de matrimonio fallecía en Madrid a causa de un cáncer de laringe.
De nuevo, seis años después, volvería a encontrar el amor en brazos de un viejo amigo 25 años menor que ella. A sus 82 años y con la reticencia de sus 6 hijos, Cayetana daba un puñetazo en la mesa para dejar claro que su amor por Alfonso era real y su compañía, necesaria. El día 5 de octubre de 2011 y a sus 85 años celebraba en el Palacio de Dueñas su tercer matrimonio.
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