Las Preysler se han vuelto a poner de moda. La relación de Isabel Preysler con Mario Vargas Llosa ha colocado a la familia del papel couché en primera línea. Y prueba de ellos son los cachés que ahora piden las más jóvenes del clan.
Según publica este sábado LOC, Tamara Falcó cobró la semana pasada 9.000 euros por acudir a una fiesta. Una cifra que se ha multiplicado hasta los 25.000 euros que pide ahora el equipo que lleva a la joven. Y es que del amor también se puede hacer negocio.
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No sólo Isabel Preysler se ha visto beneficiada de esta relación. Una declaración de sus hijas serviría para alimentar el morbo y ellas lo saben y quiere aprovecharlo. Ellas se disputan ahora el ser las mejor pagadas del corazón español.
Esta subida de caché coincide con la desaparición de Tamara de un acto al que había prometido acudir a última hora. La razón, según su equipo de representantes, es una curiosa gastroenteritis que ha afectado a la joven. Era de esperar que fuese Ana Boyer la que sustituyese a su hermana ya que comparten equipo. Sin embargo, la elegida fue Elsa Pataky.
La actriz cogió rápidamente un avión desde Londres hasta Madrid para asistir al acto al que no pudieron asistir ninguna de las hijas de Isabel. Según la agencia, Ana tampoco pudo ir porque tiene que pedir permiso en su trabajo con antelación.
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