De un look gris, sobrio y digno de una oficinista a un look impoluto y majestuoso que le hizo brillar con luz propia. Así han sido los dos nuevos estilismos que su Majestad la reina Doña Letizia ha lucido en su último viaje a Marruecos. Acompañada en todo momento de Don Felipe, la recién estrenada reina bajaba del avión poco después de las cinco de la tarde con un traje de chaqueta y falda por la rodilla en gris firmado por Hugo Boss. Un outfit demasiado oscuro para un país que ayer sufría temperaturas cercanas a los 35º.
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Tras el recibimiento oficial y una posterior reunión entre los monarcas para hablar de sus respectivos países, los Reyes de España recibieron en manos de Mohamed VI el collar de la orden de Wissam al Mohammadi, la más importante del país.
Pero el momento culmen de la visita se produjo con la caída del sol. Mohamed VI ofreció a Don Felipe y Doña Letizia un gran banquete. Este iftar, que así es como se llama la cena con la que los musulmanes rompen el ayuno del mes de Ramadán, estaba compuesto por los típicos platos marroquís.
Fue durante esta cena cuando Doña Letizia se convirtió en reina. Respetando la moda árabe, lució una falda larga en tonos plateados y blancos de Felipe Varela que combinó con camisa blanca y sandalias de raso de Magrit. El cabello optó por recogerlo en un moño bajo y sencillo con un maquillaje de lo más natural.