Podría parecer que las estrellas de Hollywood viven una vida de ensueño, pero hasta las grandes actrices tienen que lidiar con dificultades. Un buen ejemplo es Charlize Theron, cuya apariencia física, como es normal, comienza a acusar el paso de los años, y que ha hablado públicamente de las consecuencias que tiene para las celebrities como ella el alejarse de esos estándares de belleza con los que el público las vincula.
Si bien el paso del tiempo es igual para todos, las estrellas del mundo del espectáculo sufren un escrutinio mucho mayor en relación a cualquier persona común y corriente. Por alguna razón no se acepta que ellas también están destinadas a envejecer, y en el momento que ese proceso comienza a notarse en su rostro y su cuerpo, sufren críticas despiadadas por parte de las mismas personas que antes las ensalzaban.
Al paso de los rumores
Charlize Theron ya está sufriendo en sus propias carnes los efectos de este edadismo. Un edadismo que se combina con un sexismo que propugna que los hombres al envejecer “resultan más interesantes” pero que a ellas las invisibiliza pasados los 50 porque “su belleza se marchita”. Esta diferente forma de considerar un proceso natural ya ha dado paso a los primeros rumores que la actriz ha tenido que salir a desmentir.
Y es que ante las imágenes más recientes de la actriz sudafricana se han vertido todo tipo de comentarios, algunos de ellos apuntando que podría haberse sometido a una operación estética que salió mal. Ante estos rumores, en una entrevista reciente que se le realizó en la revista Allure, Charlize Theron dejó claro que no hay nada de cierto en ello, y que los cambios en su rostro son normales teniendo en cuenta que ya tiene 48 años. “Solo estoy envejeciendo” afirmó.
Los cambios físicos asociados a la edad
Además de los efectos de la edad en su rostro, Charlize Theron es muy consciente de que mantener su figura ya cerca de los 50 no resulta tan sencillo. A lo largo de su carrera ha tenido que someterse en ocasiones a regímenes alimenticios muy exigentes para poder encajar en determinados papeles que lo exigían. Su edad actual la ha llevado a cambiar de opinión en este sentido.
Aconsejada por su médico, que le ha hecho ver que su metabolismo no es el de antaño, la actriz ha decidido no aceptar papeles que impliquen cambios corporales significativos, puesto que su cuerpo ya no se adapta bien a dichos cambios y cada vez le cuesta más volver a un peso saludable.
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