Veranos surcando el mar en yates privados, comidas japonesas en los mejores restaurantes y siestas con ropa interior de Calvin Klein. Así fueron (en Instagram) los últimos meses de Celia Fuentes. Sin embargo, a sus 27 años, su realidad distaba mucho de la imagen idílica que vendían sus redes sociales.
Días después de su fallecimiento, la Guardia Civil ha confirmado que se trataría de un suicidio y fuentes cercanas a la joven confirman que no era la primera vez que intentaba acabar con su vida. Por desgracia, esta vez lo consiguió, ahorcándose en su domicilio de Majadahonda.
Según informa el periódico El Mundo, pocas horas antes de acabar con su vida, Celia le escribió a una amiga contándole que se sentía vacía y sola. La ex concursante del programa de Telecinco Quiero ser ganaba 500 euros por cada foto que subía a sus redes promocionando una marca concreta. 500 euros y una vida con todo tipo de lujos que, sin embargo, no fue motivo suficiente para seguir adelante.
Según cuentan las fuentes cercanas a la joven, era una persona con tendencia a la depresión que nunca había buscado ayuda profesional para tratar su problemas de ánimo. De hecho, en las últimas semanas estaba pasando por una mala racha después de un desengaño amoroso y de haberse ganado la enemistad de muchos tras airear en la televisión argentina su affaire con Facundo Moyano, reputado político del país sudamericano.
Sus casi 300.000 seguidores lamentan la pérdida de una joven que, en medio de un túnel en el que no veía salida, trataba de estar a la altura de la vida de ensueño que se vende a través de las redes sociales.
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