Rosa López ha tenido una segunda oportunidad en el ámbito profesional que no quiere desaprovechar. Antes de que fuese anunciado el reencuentro de Operación triunfo, la cantante había llegado a decir que estaba a punto de tirar la toalla en su carrera musical. Sin embargo, este programa hizo que su carrera volviese a ser impulsada.
Se encuentra en uno de sus mejores momentos profesionales. Tras reencontrarse con sus compañeros de la primera edición de Operación triunfo participó en la quinta edición de Tu cara me suena. A la vez, firmaba por Universeral para lanzar un nuevo disco al mercado. Parece que todo iba viendo en popa.
Para aprovechar este momento, la cantante estrena su propio programa de televisión en TEN. Y es, nada más y nada menos, que un reality sobre su vida personal. La cantante muestra así que la vida le ha dado una nueva oportunidad en su vida profesional que no quiere desaprovechar.
¿Te has sentido incómoda al ser perseguida por las cámaras?
No. Al principio reconozco que me ponía muy nerviosa porque yo vivo sola, con mi perrilla, pero al tener tanta gente en casa, al final, me hacía ilusión. Y luego he aprendido a reirme más de las situaciones cotidianas de la vida, de mi vida cotidiana. Porque la vida cotidiana no es ésta, sino cuando apagas la grabadora y vas al super y luego llegas a casa. Esa es la vida real. Quiero que haya una fusión entre una cosa y la otra. El publico va a ver lo que vivo todos los días.
¿Podrías volver a ser una persona anónima?
Es que el ser famosa es otra etiqueta. Yo soy la misma persona encima de un armario que en otro lado. Anónima o no. Y la gente que me quiere va a seguir a mi lado sea conocida o no lo sea. Este programa es muy bonito por eso, porque pueden ver a una persona que es conocida que se está ofreciendo porque quiere cambiar el mundo y cree que lo puede cambiar, ¡aunque luego no cambio nada! Lo único que espero recibir es que la gente intente hacer el mismo cambio. Y que sepan que si sueñan, que en la vida no hay nada regalado, que los éxitos y las conquistas cuestan. Pero no sé si yo soy la indicada para dar consejos…
Dices que te muestras entera en el programa y que no te importaría ni quedarte en pelotas delante de las cámaras.
No. Estando gorda o delgada yo me pondría en pelotas tanto de alma como de cuerpo, pero siempre si con eso supiera que se arregla algo. ¡Pero es que no se arregla nada! Pero si a mí me dicen: Rosa, vamos a recaudar millones y millones y millones de dinero y vamos a acabar con el hambre, te juro que soy capaz de abrirme en canal, de ponerme en pelotas con mis fallos. Y arrastraría conmigo a mi familia y amigos. Si pudiera acabar con el hambre, con las guerras, con el terrorismo, lo haría. Y la gente me acompañaría en ese camino porque la gente tiene muchas ganas de acabar con las etiquetas, con el hambre, con el terrorismo. Lo único que nos para al ser humano es el miedo, y yo no tengo miedo a nada. A nada. Lo único que nos puede pasar es tener una enfermedad que nos dé un tiempo de vida, pero no tengo miedo a nada. Somos unos putos privilegiados. Vale que no tengo tiempo en mi vida para tener pareja e hijos, sí, y no soy Teresa de Calcuta, pero quiero hacer cosas buenas en la vida.
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